José Ramón Chaves Opinión Redactores

Me acuso: soy un converso feliz al libro digital

libro electronicoSiempre he leído como una bestia: atrapando, devorando y rumiando todos los libros que caían en mis manos desde que tuve “uso de leer”, o sea, pasé de la etapa del tebeo a la novelita y del “ojeo” al “hojeo” de libros en la biblioteca pública.

En aquellos juveniles tiempos, mientras me surtía semanalmente de varios libros de préstamo iba formando mi propio tesoro con adquisiciones en librerías de viejo.

Luego fui abandonando las visitas a la biblioteca y conforme aumentaba mi poder adquisitivo también aumentaban mis adquisiciones. Mas libros y más estanterías para alojarlos. Novelas, poesía, teatro. Todo caía bajo la “ley de la gravedad” de aprender, asombrarse y disfrutar. Bastaba con tener tiempo, asomarse a un libro y experimentar la magia de convertir letras en ronroneos de placentera lectura.

Tardes absorto en lectura, noches embarcado en pasar páginas y avivar el fuego imaginativo. En paralelo los estudios universitarios me prepararon para explorar los libros de ensayo, primero los recomendados y luego según mi propio capricho.

Ignoraba que el futuro me depararía grandes sorpresas.

I. Tras dar la vuelta a la esquina de la madurez, no hace mucho solía mirar complacido mi biblioteca (o bibliotecas si se extiende el concepto a cada estanterías de cada habitación que alojan libros). En esos tiempos muertos repasaba con la vista los lomos de los libros, extraía alguno y me asomaba a sus páginas y los párrafos o contenido acudían a la cita como viejos amigos.

Tres o cuatro mil ejemplares de los cuales me temo que tan solo he leído un cuarto, pero el resto ha sido olfateado y aparcado tras una breve lectura exploratoria pues siempre he dicho que siendo el tiempo limitado y la cultura inmensa, hay que abandonar con valentía el libro que no te engancha en las primeras veinte páginas.

Y por supuesto, ya somos mayores para tener criterio propio y tener las críticas de los críticos profesionales “en libertad vigilada”. ¿Acaso acabaríamos un plato que no nos guste solo porque dicen que está bueno quienes cobran por decirlo o porque lo diga el cocinero?. No hay mejor “gastrónomo literario” que uno mismo. La magia de un libro, a diferencia de los espectáculos en que tras pagarlo nos sentimos obligados a aguantar hasta el final si no nos complace, radica en que podemos apartarlo y dejarlo aletargado hasta que nos vengan las “musas a la inversa” o sea, no las que nos ayudan a crear sino las que nos empujan a disfrutar lo creado por otros.

II. Instalado en esa periódica visión amistosa de mis bibliotecas repletas de libros me encontraba hace dos años cual sultán que mira las concubinas en sus estancias o baños, cuando una voz amiga me explicó que los lectores electrónicos “no mordían” y además eran utilísimos.

Aunque siempre he defendido a mis libros de papel frente a ese artilugio electrónico como quien defiende el vino de barrica frente al tetrabrik, en esta ocasión protesté con poca convicción porque me gusta experimentar.

Así que me atreví a comprarme un lector electrónico (Sony eReder), con su funda y su cargador (unos noventa euros de entonces).

electrónicoEn mi fuero interno abrigaba la intención de aparcar el artilugio junto con otras tecnologías que el consumismo me había llevado a adoptar y que estaban llamadas a dormir plácidamente.

Sin embargo, comencé a cargar el aparatito, de energía y de libros. Y empecé a leer algo. Y seguí. Y comencé a llevarlo de viaje. Y a echarlo de menos. Y ahora me siento desnudo sin mi libro electrónico.

 III. Pero veamos las razones de este enamoramiento que a mi juicio radican en las grandes ventajas prácticas de esa pareja perfecta que son los libros electrónicos y los ebooks.

  1. La facilidad de porteo. Su tamaño, ajustado al bolsillo de una chaqueta, permite que se lleve con facilidad y ligereza.
  2. Su capacidad. Un libro electrónico son muchos libros a la vez pues permite llevar a punto mas libros de los que podemos leer en varios años de nuestra vida a dedicación completa.
  3. Permite subrayar. ¡Un sueño!. Se subraya, y se borra lo subrayado, y esas notas pueden consultarse de forma rápida.
  4. Se puede buscar una palabra en el texto de forma simple y rápida. No hay que hojear arriba y abajo. Se pone la palabrita y nos vamos a todas las partes donde figura.
  5. Permite aumentar o disminuir el tamaño de las palabras para acomodarlo a las necesidades de cada cual. ¡Y ofrece una cómoda sensación de pasar páginas, familiar y gracilmente!.
  6. Es fiel y sustituye al marcapáginas. Abro el libro varios días después y se abre justamente donde lo dejé.
  7. Es cómodo al tacto. Una funda de imitación de cuero y nos ofrece un “lomo” de libro y cubierta de gran poder táctil.
  8. No se amarillea con el paso del tiempo ni es foco de microbios y bacterias del papel.
  9. A diferencia de las “tabletas electrónicas”, el libro electrónico utiliza “tinta electrónica” pero no proyecta luz sobre los ojos, con lo que se lee bien con luz de exteriores y no provoca fatiga visual.pasar pagina
  10. No perjudica al medio ambiente pues no ha precisado celulosa procedente de la tala de bosques.
  11. Algo muy práctico: se puede leer en la cama en cualquier posición, ya que el libro de papel cuando se lee y se pasa la hoja, el cuerpo pide voltearse para adaptarse a la nueva perspectiva. Y no digamos la comodidad en tal circunstancia si hemos pasado de un enorme volumen de papel a un liviano lector electrónico.
  12. Y como no, el libro en ebook, el mismo libro que usted desea, cuesta la mitad o un tercio que si se adquiere en formato papel.
  13. Su facilidad de adquisición. Nada de librerías con fondos limitados y horarios estrechos. Se descarga y paga de webs de editoriales de forma segura y rápida. Sencillo elegir, sencillo pagar, y sencillo empezar a leer de inmediato.
  14. Si el vino tinto acompaña a la carne, los ebook son ideales para viajes largos en autobús, tren o avión porque permiten llevar varios libros y leerlos según el estado de ánimo o interés de cada momento. No somos prisioneros del mismo libro durante todo el viaje.
  15. Y si nos gustó tanto el ebook que lo queremos en papel, pues nada mas fácil: se solicita la adquisición en este formato y hemos pasado de la persona amiga virtual a la de “carne y hueso”.

incendioIV. En la película Farenheit 451 basada en la novela de Ray Bradbury, donde los libros de papel son malditos y condenados a la hoguera por las autoridades que los culpabilizan de hacer pensar a la gente y cambiarlas, un grupo de disidentes aprenden los libros de memoria para transmitirlos oralmente y preservarlos para otras generaciones. Hoy día, gracias a los ebook no existiría necesidad de quemar los libros pues tendrían asegurada la eternidad por su facilidad de almacenamiento y transmisión electrónico.

V. Se dirá que no todo son ventajas: unas vinculadas al apego a la tradición y costumbre (“siempre me ha gustado leer en papel”) pero cuantas veces decimos a los pequeñuelos: ¿cómo sabes que no te gusta algo si no lo has probado?.

Otras puramente economicistas (¿Y si te roban el lector electrónico? ¡Vaya disgusto!); pues lo mismo que si nos roban el móvil o si utilizan nuestra tarjeta de crédito fraudulentamente: la patología excepcional no debe marcar la vida cotidiana (¿Quien deja de volar en avión por si hay un accidente aéreo?).

Otras extravagantes y ocurrentes: ¿cómo te van a dedicar con firma un libro electrónico? (parece que mejor recuerdo que un autógrafo será un selfie con el autor o un garabateo en otra hoja, y además… ¿cuántos libros tenemos dedicados por sus autores y cuántas veces los releemos?).

La mas usual es aludir al olor del libro y el tacto del papel, pero me temo que pocos lectores realmente compran un libro por la cáscara sino por el contenido.

VI. No deja de ser paradójico que quien no lee ebooks y protesta por tales tecnologías como algo poco natural e incómodo, suelen ser personas que se comen la vista consultando el móvil o chateando.leer en todos los sitios

Además todos hemos experimentado sin traumatismos el tránsito de la escritura caligráfica y manual al teclado frío del ordenador. De pagar con dinero en el bolsillo a usar la tarjeta de crédito. Del televisor en blanco y negro al televisor de plasma con mando a distancia. Del teléfono fijo al móvil. ¿Alguno se ha arrepentido de estos cambios? ¿recuerda como se negaba inicialmente al tránsito de estas mejoras tecnológicas y como ahora mirando hacia atrás, no se arrepiente?.

Salvo que usted pertenezca a los amish, confesión religiosa y modo de vida sin electricidad ni teléfonos, me atrevo a recomendarle que explore los lectores electrónicos y se zambulla en este nuevo mundo de los ebook. Ninguno de mis amigos próximos, algunos de edad reacia y otros de mente rígida, se han arrepentido. Los usarán más o menos, pero están ahí para servir a su propietario de forma rápida y con apenas coste.

VII. Y si alguien además tiene vocación, ínfulas o deseo de ser escritor resulta tan fácil escribir hoy electrónicamente con su ordenador y poner “negro sobre blanco” sus ideas (novelas o ensayo) como publicarlos de forma digital, con mínimos costes e incluso con formato complementario en papel o con presentación pública en local o librerías de la obra, caso por ejemplo, de la emblemática Editorial Amarante, cruce de rompehielos cultural y embajadora del libro electrónico en España. O sea, es fácil leer las propias obras en el libro electrónico. ¡Un sueño!

VIII. Es cierto que quien no le gusta o no quiere leer, no lo hará en ningún formato. Pero el que quiera alimentar la memoria, la imaginación, la reflexión, la placidez, la recreación de otros mundos o vidas, la evasión de los problemas… ¡lo tiene fácil!

Ni soy adicto a los ebooks ni tengo motivos para odiar a las imprentas, pero me da pena que existan lectores ávidos de nuevas lecturas y no se atreven a salir de la trinchera de su libro de papel. Fuera hay una gran ciudad y grandes maravillas.paraiso de lectura

Lo saben bien en Estados Unidos y en los países iberoamericanos donde el libro electrónico hace furor mientras que en otros países como España el avance es lento pero sostenido. Algún día no lejano nos reiremos de ser tan conservadores culturalmente.

Y no se trata de ser vegetariano o carnívoro. Basta con ser omnívoro. Leer libros en papel y libros electrónicos. Ahí está la felicidad.

7 comments on “Me acuso: soy un converso feliz al libro digital

  1. A mi también me pasa, me voy de viaje de varios días y me falta algo si no llevo el digital conmigo

  2. ¡Me ha encantado! Estoy muy a favor tanto de leer en papel como en digital, en su momento yo tuve mis dudas con los ereaders, pero desde que me hice con el mio ha pasado a ser un de esos objetos a los que más uso he dado. No he dejado de leer en papel, ya que siempre será algo especial, pero como tu comentas no hay porque negarse a una cosa u otra podemos ser omnívoros y no encuentro una manera mejor de describirlo.
    ¡Un saludo!

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  7. Lo que mas me gusta de los e-readers es que nadie sabe lo que estás leyendo.

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