Un siglo de feminismo

Resulta interesante comprobar cómo ha cambiado la vida de las españolas en los últimos cien años.

Las campañas sufragistas de principios del siglo XX en Gran Bretaña, Francia y Alemania no tuvieron su reflejo en España, porque la dictadura de Primo de Rivera y la doctrina católica impedían cualquier atisbo de reconocimiento de derechos. La no participación de nuestro país en la primera guerra mundial, tampoco espoleó el trabajo femenino en las fábricas, como sí ocurrió en las naciones beligerantes. La segunda república, que duró de 1931 a 1936, en cambio, aportó novedades como las siguientes:

• Reconocimiento del voto femenino
• Reconocimiento del matrimonio civil y el divorcio
• Reconocimiento del derecho de la patria potestad de las mujeres sobre sus hijos
• Eliminación del delito de adulterio para las mujeres

Asuntos todos que el franquismo abolió en 1939, excepto el del sufragio femenino, entregando a la Sección Femenina la alfabetización y formación de las mujeres adultas en temas como danza, labores de costura, gimnasia o cocina.

Los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado son décadas de represión y austeridad en la población civil, representada en su mitad por las mujeres, aunque hay que apreciar en toda su magnitud la incorporación generalizada de las niñas a la enseñanza primaria, que la Ley de Instrucción Pública de 1857 ya instituía como obligatoria. Las españolas adultas tienen, sin embargo, en esta época, un alto índice de analfabetismo y la matriculación femenina en la universidad, que crece poquito a poco, no desemboca en en una incorporación inmediata de las mujeres a la jurisprudencia, la industria o la ciencia.

La década de los años sesenta supone un gran progreso para la vida de las españolas, al introducir en el mercado los anticonceptivos y los electrodomésticos, que controlan los embarazos y mejoran las tareas domésticas, aún adjudicadas en exclusiva a la mujer, al iniciar, asimismo, reformas legales sobre el trabajo femenino que van a permitir no precisar ya permisos del marido para firmar contratos laborales por parte de la esposa.

La década de los años ochenta introduce de nuevo el divorcio y aborda una mínima legalización del aborto, así como abre a las españolas las puertas de la escala judicial, la cátedra y las fuerzas armadas.

En los noventa se generaliza el acceso femenino a la universidad, al empleo en todos sus aspectos, a la conducción de automóviles, a la formación profesional, y al uso continuado de la tecnología e Internet para usuarios y usuarias, lo que va a dar gran independencia y sentimiento de autoestima a las mujeres.

El siglo XXI, considerado el siglo de la igualdad entre los dos sexos, observa cómo en 2003 se inicia el registro de muertas a manos de sus parejas y ex parejas, que llega a 1.000 asesinatos machistas en nuestros días. En 2004 se aprueba la Ley contra la violencia de género y en 2007 la ley de igualdad, ambas suponen un claro avance en la causa feminista. En los albores de este segundo milenio también se implanta el sistema de cuotas en las listas a candidatos y candidatas en las elecciones políticas, que consigue que las mujeres aparezcan en segunda posición en dichas listas, pero al menos aparecen.

En 2019 nos encontramos con:

a) una brecha laboral importante entre hombres y mujeres, donde éstas ganan un veinte por ciento menos por desarrollar las mismas funciones.

b) una precaria corresponsabilidad en las tareas domésticas por parte del hombre.

c) ninguna candidata a presidenta de gobierno tras las elecciones legislativas del 29 de abril.

d) millones de mujeres que no han cotizado a la Seguridad Social suficientes años como para tener derecho a pensión.

e) una feminización importante de la sanidad y la educación.

f) gran crecimiento de las familias monoparentales sostenidas por mujeres.

g) asistencia mayoritaria de la mujeres la universidad.

h) existencia de millones de mujeres mayores con alta esperanza de vida.

J) gran volumen de lectoras, voluntarias y mujeres en búsqueda de empleo, así como de mujeres asistentes a actividades culturales.

k) disminución clara de la tasa de nacimientos.

l) más de sesenta muertas por violencia de género cada año.

Esto constata la existencia de demasiadas víctimas, de muchos problemas que solucionar como sociedad, pero también la de una tendencia clara a destapar las injusticias y a trabajar por su solución.

Los últimos cien años han dado visibilidad a la mujer española, han reconocido sus derechos legales como ciudadana, que han sido cruciales en el cambio de la sociedad, pues el feminismo ha rescatado a la mitad de la población del ostracismo, de la injusticia, y del olvido.

La ciencia, la cultura y la tecnología han progresado exponencialmente al contar con todo el caudal de inteligencia femenina que permanecía aletargado durante siglos y milenios.

El siglo XXI es el siglo de las reivindicaciones femeninas, del empoderamiento de las mujeres, del feminismo como revolución familiar y social, del cambio en las relaciones sexuales y afectivas. Vivámoslo con responsabilidad y optimismo, pues es una oportunidad para realizar un salto exponencial en la liberación de miserias de nuestra especie.

Teresa Álvarez Olías

Disfruta con la obra de Teresa Álvarez Olías