En este nuevo artículo haré un repaso de los grandes campeones del ajedrez que han mostrado todo su arte en Salamanca.
El primer astro del tablero que visitó nuestra ciudad fue Alexander Alekhine, el cual es considerado uno de los mayores talentos de todos los tiempos. Nació en Moscú en el seno de una familia acomodada de la Rusia zarista y tras la revolución de 1917 se radicó en Francia adquiriendo la nacionalidad de ese país. Alekhine alcanzó el título de campeón del mundo en 1927 tras derrotar en Buenos Aires al prodigio cubano José Raúl Capablanca en uno de los duelos más memorables de toda la historia del ajedrez. En sus últimos años, a consecuencia de la II Guerra Mundial, Alekhine comenzó a atravesar grandes dificultades económicas, de modo que en las postrimerías de la contienda se desplazó a España y Portugal para tratar de sobrevivir a base de exhibiciones y algunos torneos de menor categoría. Fue en este contexto en el que el genio de las 64 casillas arribó a nuestra ciudad el 2 de abril de 1944, tal y como recoge la Gaceta de esa época. Alekhine impartió en el Casino una partida simultánea a 30 tableros en la que midió sus fuerzas con reconocidos jugadores locales, de entre los que cabe destacar a Pablo de Unamuno, hijo del ilustre Miguel de Unamuno, quien consiguió derrotar al campeón. Alekhine fallecería dos años más tarde en la ciudad portuguesa de Estoril conservando aún el título de campeón mundial.
Desde la visita de Alekhine durante décadas no volvió a organizarse ningún evento ajedrecístico de la máxima categoría en Salamanca (con la excepción del Campeonato de España celebrado en 1972), hasta que a finales de los años 80 del siglo pasado, la Universidad decidió poner en marcha un gran torneo internacional para reivindicar la figura de nuestra ciudad y de su Universidad en el origen del ajedrez moderno (Incunable de Lucena 1497). Fue en ese torneo donde los aficionados al ajedrez pudimos disfrutar de la presencia de distinguidos ajedrecistas, tales como la húngara Judit Polgár, la mejor jugadora de todos los tiempos. Judit fue la estrella del magistral del año 1989. En aquel momento contaba con tan solo 13 años y ya era una contrastada figura del ajedrez mundial. Junto a Judit participó también su hermana Zsusa, quien asimismo consiguió alcanzar el título de Gran Maestro. El caso de las hermanas Polgár es un caso digno de estudio, puesto que las tres hermanas, Sofía, Susan (entonces Zsuzsa) y Judit, no fueron al colegio, sino que recibieron la formación académica en sus casa (sus padres eran maestros) y compaginaron esta formación con el ajedrez, que ocupaba un lugar prioritario en su educación, consiguiendo todas ellas llegar a la élite de este deporte.
En la siguiente edición del torneo de la Universidad tomó el relevo de las hermanas Polgar todo un clásico del ajedrez femenino, la campeona mundial Maia Chiburdanidze.
Fue ya en la última edición de este torneo magistral (año 1991), cuando participó un campeón del mundo, Boris Spassky. Spassky disputó el legendario campeonato del mundo de Reikiavik en 1972 con el mítico Bobby Fischer en plena guerra fría, encuentro que fue denominado por los medios como “el campeonato del siglo”. Precisamente, un año después de celebrarse el magistral de Salamanca, Spassky y Fischer, quien llevaba 20 años retirado de la competición, reeditaron el encuentro de 1972, esta vez en Yugoslavia, que en aquel momento se encontraba bajo un embargo internacional a consecuencia de la guerra de los Balcanes, lo que ocasionó que Fischer fuera buscado por la justicia norteamericana.
Junto a Spassky también intervino en esta última edición del torneo de la Universidad otra leyenda del ajedrez, Víktor Korchnói, el cual, tras desertar de la Unión Soviética en 1976, se convirtió en uno de los disidentes más famosos. Debido a esto, los dirigentes soviéticos convirtieron los encuentros por el título mundial entre Korchnói y Karpov (años 1978 y 1981) en una cuestión de estado, lo que atrajo el interés de todos los medios de comunicación internacionales.
Lamentablemente, tras varios años de buen funcionamiento y con un reconocido prestigio internacional, el magistral de ajedrez de la Universidad dejó de organizarse.
Desde entonces han sido esporádicas las actividades de ajedrez de alto nivel que se han celebrado en nuestra ciudad.
Hubo que esperar hasta el año 1997 para poder volver a contar con la presencia de un campeón del mundo en Salamanca. En diciembre de ese año, se realizaron una serie de actos en conmemoración del V centenario de la publicación del libro de Lucena. Dichas actividades fueron patrocinadas por el Ayuntamiento y contaron con la intervención estelar de Garri Kaspárov, considerado el mejor ajedrecista de todos los tiempos. De las diferentes actividades que Kaspárov llevó a cabo recuerdo con especial agrado una partida simultánea que impartió a 8 tableros de los que 7 fueron ocupados por personalidades de la ciudad y el octavo se le cedió a un servidor. Tras una tenaz resistencia, conseguí arrancarle unas meritorias tablas al gran campeón.
Unos meses después de estos actos, y a la vista de la gran repercusión que tuvo en los rotativos nacionales la visita de Kasparov a nuestra ciudad, el Ayuntamiento patrocinó la organización del campeonato de España de clubes en el que compitieron insignes ajedrecistas como el subcampeón mundial Alexéi Shírov.
Tras este nuevo fugaz momento, el ajedrez de más alto nivel volvió a estar ausente de nuestra ciudad, hasta que, con la organización de los actos conmemorativos del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca, se celebró un gran festival de ajedrez en el que tomaron parte los excampeones mundiales Veselin Topalov y Anatoli Kárpov. Topalov, además de campeón mundial, ha sido número uno del mundo en numerosas listas, mientras que Karpov es de sobra conocido por todo el público, pues sus gestas en el tablero lo han convertido en toda una leyenda del deporte.
Confiamos en poder darle continuidad a este festival y que sigan viniendo a Salamanca los grandes genios del ajedrez.
Amador González de la Nava
Director del Festival de Ajedrez del VIII Centenario
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