Crónica de la gestación y nacimiento de una obra literaria

Inspiración, ideas, ganas de expresar, necesidad de volcar pensamientos e historias; escribir toda esa cascada en borrador, apuntes van y vienen por doquier, como si entraran por la puerta del estudio sin pedir permiso. Un momento de calma. Es hora de organizar todo esto: acaba de surgir una historia, con todas sus reflexiones, enseñanzas, giros y trocitos de propuestas para un mundo mejor.

Comienza el período de novelar la historia, con dosis de emoción, personalidad, trabajo, lágrimas y carcajadas en cada personaje: dar vida a la trama. Arduas y solitarias horas en bibliotecas, cómplices del libro que se urde ante mí. Atlas del universo y otros libros de ciencia que me ofrecen documentación para enriquecer y otorgar un sentido más claro a la novela: el punto de mira, el punto de inflexión, el punto de giro…, todos los puntos a tratar.

Semanas que se convierten en meses. La novela está terminada. Vivo un momento dulce cuando llevo mi manuscrito al registro de la propiedad intelectual; es un momento en el que sientes de alguna manera que el universo sabe que esa historia es tuya. Te llenas de satisfacción, de cierta tranquilidad por el trabajo bien hecho, y entonces te das cuenta de que tu libro tiene cierta identidad propia, (para los románticos: sientes algo así como que se ha personificado un poco).

Una luz a medio camino: un sello editorial vuelve a confiar en mi obra, en mí (la obra y yo somos un binomio, un equipo), y todo fluye.

Llega el libro impreso a mis manos y también ideas para promocionarlo. Debe sonar música que anuncie que ha salido a la luz; deben sonar campanas enormes para que se sepa que ya es una realidad; se ha de escuchar todo lo que el libro quiere decir. Hay que aprovechar ese momento de euforia y gratitud.

La narrativa visual aparece como idea para enseñar esa alma que impregna cada página.

Acuarelas para representar a cada personaje, frases que nos introduzcan en sus dilemas, sus posibilidades, vicisitudes y una pincelada de su personalidad.

… Y así con cada personaje principal

Una buena promoción no se entiende sin difusión a través de todos los medios de comunicación posibles. La narrativa visual fue divulgada en la revista cultural Acalanda magazine, en primera instancia, seguidamente se subió a las redes sociales, teniendo una buena acogida.

Algunos medios reaccionan bien ante la noticia de una nueva obra literaria, tanto es así que el periódico “El día de Córdoba” dio la noticia en el apartado de cultura, dejando constancia de la sinopsis, de la biografía de la autora, así como de la presentación del libro.

Otro periódico que se hizo eco de la noticia fue “Diario Córdoba”, que generosamente anunció la publicación de la novela con un amplio artículo.

Dos emisoras de radio incluyeron en su programación un tiempo para hablar distendidamente de la obra. En primer lugar Radio Nacional de España.

Pasados unos días, Canal Sur radio me invitó a uno de sus programas para anunciar la presentación de mi novela. También una buena entrevista en la que se leyeron algunos párrafos de la novela para abrir boca. Muy emotiva.

Llega el momento de la presentación, y, para mi sorpresa, los dos periódicos envían a un fotógrafo para cubrir la noticia. Realizan diversas fotos y al día siguiente vuelve a leerse en prensa que mi obra “Los que miran las estrellas”, está a la venta gracias a Editorial Amarante.

Parece que todo acaba con un buen recuerdo, una agradable celebración donde acontecen charlas agradables sobre la novela, otros futuros proyectos literarios y asuntos de diversa índole. Así mismo, el periplo hasta llegar a la presentación ha acabo, pero no del todo; acontece alguna que otra grata sorpresa; como la buena acogida en general del libro, y la difusión pospresentación.

Ahora mi novela ya vuela sola, se lanza al vacío desde el más alto acantilado. Sí, uno bien alto, para que pueda ser atisbada por el máximo de ojos; y así, caer suavemente sobre las manos de alguna lectora o lector que la acobije. Una persona que decida invertir su tiempo en nutrirse de unas páginas insaciables, con sed y hambre de llegar a todos, de desnudarse en papel y alma ante las mentes que le dan forma a su historia.

Alba Oliva

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