Novela Redactores Ser escritor Teresa Álvarez Olías

La novela histórica catalana

El lector vive Barcelona. La siente en cada página. Aprende a amarla.

Mariona Rebull es la novela de un tiempo burgués y de clara lucha de clases. Su autor, Ignacio Agustí, recreó en ella un ambiente bipolar, en torno a 1900, antes de la semana trágica de 1909. Por una parte describe a la gente que vivía en barrios suburbiales entre seres marginales, en pisos que no cumplían ninguna mínima de higiene, donde se daba una gran falta de recursos, por lo que la escolarización de los hijos era imposible y los niños se veían forzados a trabajar en fábricas a partir de los 8 años de 12 a 13 horas de trabajo, incluyendo los domingos. Por otra parte, describe el refinamiento de los burgueses adinerados, que vivían en la abundancia.

Barcelona, con todos estos mimbres, es un personaje central en esta magistral obra narrativa. Descubrimos con ella sus calles, sus iglesias, sus tipos humanos y por supuesto, las costumbres de los mismos en plena industrialización textil, tanto las de los patronos como las de los obreros.

Otras obras donde se recrea la ciudad condal son la de Ildefonso Falcones, destacando su primera novela, La catedral del mar, y la última, El pintor de almas, La plaza del diamante, de Merced Rororeda, Nada de Carmen Laforet, Homenaje a Cataluña de George Orwell, la obra entera de Manuel Vázquez Montalbán, La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza, y un largo etcétera.

No sólo nos hallamos, en Mariona Rebull, ante la historia de una familia acomodada, en un cuadro al óleo de la sociedad catalana previo a la semana trágica, en el ambiente de protestas laborales de los obreros y de actuaciones criminales de algunos anarquistas, sino que también Agustí se interna en la psicología del personaje principal, Joaquín Ríus. Por supuesto Mariona Rebull, la esposa de éste y coprotagonista, tiene un papel trascendental en la trama, pero articular el comportamiento de Ríus en cada situación, internarse en su metódica manera de actuar y, desde luego, presentar su meteórica evolución personal, es el gran logro del autor.

 Esta novela histórica es la primera de una serie de títulos como «Desiderio», «Diecinueve de Julio» y «Guerra Civil» que forjan una saga familiar llamada La ceniza fue árbol, que reúne auténticas joyas en la descripción de costumbres y tipos humanos de unas décadas determinadas, describiendo la vida catalana de los primeros cuarenta años del siglo XX.

Plaza de Cataluña 1941

La obra se inicia suave, casi bucólicamente, narrando la niñez y adolescencia de Rius, así como la juventud de sus padres. Luego va recorriendo, capítulo a capítulo, la vida cotidiana de una familia de patronos textiles: el cortejo del hijo cuando se hace novio, la puesta de largo de la novia, el fin de semana en la casa de campo, la petición de mano, la boda, el parto, la jornada laboral en la fábrica, las inciertas ambiciones políticas de los conocidos, la luna de miel, las amistades, los regalos, el viaje en tren por Madrid y Andalucía, la vida de casados sin apuros económicos, y sobre todo el culto a la belleza, a las fiestas, al derroche y a la exhibición de la riqueza de una clase social a la que la industria del tejido ha encumbrado completamente.

El lector, ante tanto despliegue de lujo y buena suerte, teme algún manotazo de la desgracia, aunque llega a pensar que el mundo idílico de la abundancia conseguida con esfuerzo no tiene nunca fisuras, como no sea la falta de sentimiento y un ligero tufo a infelicidad e hipocresía. Se deleita con los diálogos y las descripciones. Se sitúa en el contexto geográfico e histórico indicado. Vive Barcelona. La siente en cada página. Aprende a amarla.

Pero ese lector no está preparado para el grandioso desenlace, donde Agustí despliega toda la fuerza de su pluma en un perfecto y literario colofón.

El autor, Ignacio Agustí (Barcelona, España, 1913 – Barcelona, 1974) fue periodista y escritor en catalán y sobre todo en castellano. Otras obras suyas son: «Un siglo de Cataluña» publicada en 1940,  “Los surcos» publicada en 1942, «La ceniza fue árbol», compendio de 4 novelas: «Mariona Rebull» de 1943, «El viudo Rius» de 1944, «Desiderio»de 1957 y «Diecinueve de julio» publicadas a partir de 1965.

Es un maravilloso ejercicio de amor a Cataluña profundizar en la trama de esta novela, como primicia de una serie de lecturas centradas en Barcelona, una deslumbrante ciudad en arquitectura, personas y obra literaria.

Teresa Álvarez Olías

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