Miguel Ruiz Durán - Ana Blandiana
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Ana Blandiana inédita

Ana Blandiana es en la actualidad la poetisa rumana más internacional, además de candidata al Premio Nobel. Sus libros de poemas, prosa y ensayo se han traducido a veinticinco idiomas, en un total de ochenta volúmenes diferentes.

El lugar que Ana Blandiana, –seudónimo de Otilia Valeriu Comán– ocupa en la cultura rumana es comparable al de Ana Ajmátova o al de Václav Havel en la literatura rusa o checa, respectivamente. Autora de 17 libros de poesía, dos volúmenes de relatos fantásticos, nueve de ensayos y una novela, por los que ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales, Blandiana es en la actualidad la poetisa rumana más internacional, además de candidata al Premio Nobel. Sus libros de poemas, prosa y ensayo se han traducido a veinticinco idiomas, en un total de ochenta volúmenes diferentes.

Ana Blandiana es una personalidad singular, símbolo de los valores más altos del pueblo rumano, “el nombre más puro”[1], en el panorama literario de las letras contemporáneas.

Nacida en 1942 en Timisoara, lugar que se convertiría en el epicentro de la revolución de 1989, Ana Blandiana es una figura legendaria en el panorama actual de la literatura rumana. Tanto su prosa fantástica como sus poemas tienen el valor de un manifiesto que pertenece a la memoria colectiva de nuestro tiempo.

Destacada opositora al régimen de Ceausescu, Blandiana forma parte de aquellos escritores que concibieron su función como la de ser testigos de su tiempo, y la literatura como una forma de resistencia moral ante las vicisitudes de la historia. En su obra, el destino personal es paradigma de un destino colectivo. Sus versos expresan el sufrimiento de todos y dan voz a los que no la tienen. Sus poemas se copiaron a mano y circularon de manera clandestina en miles de ejemplares. Constituyen los primeros poemas en samizdat de la literatura rumana.

Ana Blandiana pertenece al neomodernismo, grupo de poetas que debutaron a mitad de los años sesenta del pasado siglo y que pudieron disfrutar de un relativo «deshielo» de la política cultural.

Los poemarios que Blandiana ha escrito a lo largo de los años –El talón vulnerable (1966), El tercer misterio (1969), Octubre, noviembre, diciembre (1972), El sueño dentro del sueño (1977), El ojo del grillo (1981), Estrella de Presa (1985)– la han consagrado como la figura más destacada por la Unión de Escritores y la Academia Rumana. En 1982 fue la poetisa más joven galardonada con el Premio Gottfried Herder de la Universidad de Viena.

Valiente opositora, se enfrentó a la dictadura y se implicó en la vida pública. Inflexible en su actitud ética e inmune a la mística del poder, Ana Blandiana es ante todo una poetisa onírica y visionaria que fundamenta su poética en la concepción de la existencia como misterio. En su poesía emprende la búsqueda de las esencias, el viaje hacia los estadios de la preexistencia que interroga sobre los orígenes, los límites entre distintas categorías, la vida y la muerte. Sus versos se inscriben en la tradición meditativa y elegíaca de la lírica.

De naturaleza romántica, contemplativa y visionaria, la poesía de Blandiana aspira hacia un lirismo esencial y cultiva un tono sincero y espontáneo de inflexiones metafísicas impregnado por un acuciante sentido de la responsabilidad. Se debate entre la aspiración hacia una pureza ideal y las formas degradadas de su existencia social e individual. La gravedad melancólica de su poesía surge de la tensión entre la conciencia de la pureza primigenia y la de un mal existencial. El conocimiento adquiere forma de ascesis y recogimiento en la contemplación melancólica. Blandiana intenta romper la falsa verosimilitud de las cosas con el fin de hallar su halo de misterio inalterado.

Ana Blandiana

Traducción de Viorica Patea y Natalia Carbajosa

El sueño dentro del sueño – Somnul din somn (1977)

Un país también lo forman las aves

Un país también lo forman las aves
Que dibujan una V camino del sur
Heridas, ahuyentadas por el frío
Y por la traición
Que regresan
Humilladas por la añoranza
Deslizándose por el tobogán del cielo,
Agradecidas
Al alero por no haberse alejado
Del antiguo porche.

Un país también lo forman las aves
Así como una iglesia está hecha
También de la vida del más allá.

En invierno las estrellas

En invierno las estrellas
Están tan lejos
Que no se pueden ver
Entre la soledad.
En invierno los mares
Son tan ajenos
Que ni el curso de las fuentes
Les corresponde.                               
En invierno los muertos
Están tan fríos,
Que se hiela la tierra
Del hemisferio eterno.

Pastor de copos de nieve

Quisiera ser pastor de copos de nieve
Cuidar de grandes níveos rebaños
Llevarlos en alto por el cielo sin redes
Y traerlos a la vuelta aún más blanco
Y quedarme, en los nocturnos destellos
Con la soledad del mundo y con su inmenso llanto
Reflejado en las nubes como el brezal de un templo
Mientras mi vida pasa y duermen los rebaños
Esperaré a se haya extinguido el verano
A los corderos que la sed de la arcilla condena
Para que, según designio, juntos fluyamos
En sagrada trashumancia y sin afrenta.

Nieve hostil

Nieva con hostilidad
Con odio cae la nieve
Sobre las aguas heladas del odio,
Sobre las huertas florecidas de la maldad,
Sobre las aves que resisten con amargura.
Nieva como si
Hubiera de acabar
La vida de este pueblo acuático,
Nieva con una inclemencia
Humana,
Nieva ponzoñosamente.
¿A quién sorprende?
Sólo yo sé
Que la nieve
Ha sido en los comienzos amor.
Es tan tarde
Y nieva
Espantosamente
Y no se me ocurre
Nada más que esperar
A los lobos famélicos
Para serles de provecho.

Como si la luna

Como si la luna tuviera algo que decir
Sobre el amor-odio que me ata a la nieve
Comenzó a escribir sobre su níveo manto
Letras brillantes
Que ella misma borraba.
Tal vez, una amenaza
O, tal vez, un consejo,
Algo importante se me transmitía,
Las palabras brillaban y gritaban
En el campo vacío
Como faisanes –
Tenía que responder,
La oscuridad contenía la respiración,
Pálida, la nieve esperaba,
Todos pensaban que
Yo conocía
La lengua muerta de la luna…

Canción

Sobre hojas con una mora esta canción escribo,
Tras de mí vienen cohortes de hormigas a libar,
No la podrá escuchar ni un solo oído
Y mi rayo de luz todo el aire cegará
Pero las hormigas por tierra la llevarán
Y las lluvias no podrán penetrar para borrarla,
Y las semillas al caer la escucharán
Y sólo el tierno gusano en la baya podrá palparla.

La hierba al año siguiente a la luz la pondrá
Y el sol la secará y la hará más fuerte
Y con suerte vendrán y la pastarán
Corderitos soñolientos e indolentes.
Luego fluirá en leche, llena de estrellas y sabia,
Y nadie entonces tendrá el recuerdo
De que en pecado fue engendrada,
Y que con palabras nació del pensamiento.

Hemos aprendido a reír

Hemos aprendido a reír
Como si hubiéramos aprendido
El manejo de las armas.
Los más afortunados ríen sólo en sueños,
Los desafortunados ríen todo el día,
Reímos desde hace siglos
Y nadie comprende
Y, rara vez, comprendemos nosotros
La incesante ametralladora de las carcajadas
Que nos mantiene en vida
Bajo la luna tenue
Exacta como unos grilletes.                                                 

En el pueblo al que regreso

En el pueblo al que regreso
Los relojes de cuco desmenuzan el tiempo
Y grandes pedazos de silencio
Yacen rotos en el polvo del camino.
Las agujas giran diligentemente,
Siempre enseñan algo que no se puede ver.
Las horas cayeron hace mucho tiempo,
Están muertas
Las agujas corren sin fin
Y, a veces, desorientado,
Aparece el cuco y anuncia
El final del mundo, cantando.

Este vuelo

¿Qué es la felicidad,
Sino este vuelo
Por entre frutos y hojas,
En el rayo de miel polvoriento, que cruje
Sobre el lugar embrujado donde la vida se acaba
Pero donde no empieza la muerte,
Y sólo existe entre ambas
Una ansia transparente
Con olor a aguardiente de ciruelas,
A humo y a hierba seca?
¿Qué es la felicidad,
Sino quedarse dormido
Esperando el final
En septiembre,
En una huerta?

Los poemas pertenecen al libro Somnul din somn. El sueño dentro del sueño (1977).


Foto: Miguel Ruiz Durán.

[1] “Vasile Dan “Un nume al poeziei române”, Vatra, Año XLV, 1-2, 526-27, enero-febrero, 2015, pp. 68-69. En este mismo número dedicado a la obra de Ana Blandiana editado por Iulian Boldea, véanse también: Irina Petraș “Schițe pentru un portret”, pp. 63-66; Vasile Baghiu, “Trairea poetică a propiei epoci”, pp. 100-102; Paul Aretzu, “Metamorfoza sau intrarea în propriul scris”, pp. 107-110; Cornel Munteanu, “Fluxul și refluxul moral al frumosului estetic”, pp. 117-120; Gellu Dorian, “Schiță de portret”, pp. 120-122; Viorel Chirilă, “Ana Blandiana și neomodernismul”, pp. 131-137; Dumitru Mircea Buda “Renegocierea etică a trecutului”, pp. 137-139; Florina Codreanu, “Un om – un muzeu”, pp. 142-143; Adrian Dinu Rachieru, “Reducția la poezie”, pp. 102-105.

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