Hygge o el amor danés. Hans Christian Andersen y Den lille Pige med Svovlstikkerne. Se necesita de verdad haber sentido frío en las manos, para saber que un pequeño cerillo encendido, puede calentar el alma. La pequeña cerillera de Andersen nos transporta al frío del invierno, a los primeros días de un Año Nuevo, a desear una apetitosa comida, un árbol con luces encendidas, a estar con la familia…
Una niña linda, sueña con todo eso, a la luz y a la sombra, del fuego, que se enciende y se apaga, de un cerillo, en una calle olvidada, repleta del blanco, de una noche nevada. Y todo eso, también recuerda el hygge danés, esa necesidad de ser feliz, con la luz, con lo acogedor, con los pequeños momentos, con las velas, con una cobija, con una taza de café o chocolate caliente, con la compañía de los que amamos, con la chimenea y su fuego ardiente… La pequeña cerillera de 1844 de Andersen, ya pincelaba la tan sonada actual idea de hygge o felicidad a la danesa.
Y es que todos los seres humanos, merecemos y buscamos, algo de hygge en nuestras vidas; también los pobres, los desvalidos, los olvidados, especialmente ellos, y nosotros, no nos acordamos… La pequeña vendedora de fósforos de Andersen, este humilde cuento, nos lo recuerda, al ver a una pobre niña muriéndose de frío y de amor… esperando, que en este siglo, las personas, no olviden, a la pequeña niña de los fósforos, y a todos los que desean algo de hygge o de amor, pobres o ricos, altos o bajos y de cualquier religión o color…
Qué importante es la felicidad de las pequeñas cosas…..
Si! Tienes toda la razón ! Es importantísima! Y lo olvidamos … gracias por comentar Ramón ! Con muchísimo amor!
Carlota
Increíble hermosa reflexión para agradecer lo que tenemos.
Cuando nos sintamos tristes o deprimidos solo está en encender un fósforo pensar en un momento así y reflexionar de lo que hemos hecho y agradecer !
Eres un cielo. Gracias por tu bellísimo
Comentario ! Te amo !
¡Me ha encantado, Carlota! Expresas el verdadero espíritu de la navidad con una sensibilidad que es conmovedora. Es precioso.
Gracias preciosa!
Tu me lees con tu sensibilidad divina…