La imagen de un sueño

Se dice que la vida consiste en tener un sueño y transformar ese sueño en realidad. Es una expresión que, implícita o explícitamente, han defendido todos los hombres y mujeres que han destacado en cualquier campo. Hay sueños de diferente índole pero todos ellos consisten esencialmente en materializar un deseo, una idea o un proyecto.

La diferencia entre una ensoñación o fantasía y un sueño es que en este último caso se necesita determinación para alcanzarlo.

Los sueños no se materializan de la noche a la mañana. Requieren de un tiempo de maduración. Me gusta comparar el proceso de los sueños con el del bambú japonés que, aunque requiere de los cuidados normales de cualquier semilla no sale de la tierra hasta pasados 7 años. Una vez que sale a la luz no para de crecer hasta que, en tan solo 6 meses, puede llegar a alcanzar una altura de 30 metros.

APUNTES DE SABIDURÍA es un sueño personal que he tenido el privilegio de poder alcanzar. Es el libro que siempre soñé escribir. Es uno de mis grandes sueños hechos realidad. Lo he escrito en un tiempo relativamente corto: a ratos libres durante el año 2020, el conocido ya como año de la pandemia. Ahora bien, lo venía concibiendo desde los primeros años en que comencé a caminar por la vida. Me ha confirmado la verdad del principio hermético del mentalismo, desarrollado en nuestros días por Paulo Coelho en su obra “El Alquimista”, consiste en que cuando deseamos algo ardientemente todo el Universo entero conspira a nuestro favor para poder alcanzarlo. Y lo que comenzó como un anhelo de auto-superación personal, dirigido a alcanzar el tesoro exterior, se ha convertido en el descubrimiento del tesoro interior, la verdadera fuente inagotable de la dicha.

La realización de los sueños tiene, a veces, una imagen, como decimos en el mundo del periodismo. La imagen de mi sueño es una fotografía en la que presento oficialmente mi obra en Ávila, junto con el Alcalde de la ciudad, Jesús Manuel Sánchez-Cabrera, en la Plaza de Santa Teresa, en un escenario protegido por la estatua de “La Santa” y el fondo de la Iglesia de San Pedro, el 23 de abril, el Día del Libro, el día en que conmemoramos cada año el fallecimiento del Príncipe de las Letras, Don Miguel de Cervantes Saavedra.  ¿Qué más se puede pedir? ¿Qué más puede pedir alguien que presenta su “opera prima” literaria?.

Inicialmente escribí este trabajo literario como auto-terapia emocional, para poder digerir y comprender el significado profundo de la grave crisis existencial provocada por la pandemia; luego, una vez consumado este trabajo, pensé que podría ser también de utilidad para alguien. Por su parte, la Editorial Amarante, que tuvo a bien examinar esta obra, llegó también a la conclusión de que podría ser útil para mucha gente y se obró el milagro: sacar a la luz mi obra “Apuntes de sabiduría”. Y es que, como bien dijo en su tiempo Jesús, “Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz”.

Ciertamente, la luz tiene como función de iluminar. En este sentido yo creo que “Apuntes de sabiduría” es una luz; un medio para despertar a la vida y purificar el pensamiento; un revulsivo para movilizar energías aletargadas y desconocidas que dormitan en nuestro interior; una llave de oro para abrir las puertas de la felicidad, la sabiduría, la salud y el amor; pero, sobre todo, un sendero hasta la fuente de la dicha.

José Antonio Hernández de la Moya

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