Una de las grandes sorpresas del Festival ha sido el altísimo nivel que ha tenido la sección de cortometrajes de ficción.
Posiblemente, la gran dificultad que hoy existe en España para hacer cine y para poder acceder a financiación para producir un largometraje ha llevado a la exigencia de una mayor calidad en este formato para aumentar las posibilidades de poder subir el escalón hacia el formato mayor. Al mismo tiempo, la calidad de los títulos que hemos podido ver ha llevado a preguntar a algunos de sus realizadores si el cortometraje tiene posibilidades de salida comercial en nuestro país.
Ha sido muy difícil seleccionar ocho títulos entre todos los que hemos visto pero, tras una ardua reflexión y tras considerar múltiples factores (originalidad, madurez creativa, capacidad expresiva…), creo que debemos mencionare estos ocho títulos (su orden no obedece a ninguna escala de preferencias):
Australia de Lino Escalera.
Un país extraño de Laura Pousa.
La última virgen de Bárbara Farré.
Jauría de Gemma Blasco.
Seattle de Marta Aledo.
La inútil de Belén Funes.
Salió con prisa hacia la montaña de Pablo Hernando.
Scratch de David Valero.
En el artículo de hoy, comentamos los cuatro primeros cortos y entrevistamos a Lino Escalera y a Marta Aledo.
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Australia de Lino Escalera.- El director hace que Nathalie Poza retome el personaje de No sé decir adiós (una de las grandes triunfadoras del año pasado en el certamen) para construir una fábula muy actual sobre el clasismo, la falta de oportunidades y las tensiones ocultas que nuestras sociedades esconden. En la entrevista posterior, Lino nos dará pistas adicionales sobre su cortometraje. Ferrán Vilajosana obtuvo en esta categoría la Biznaga de Plata al Mejor Actor.
Seattle de Marta Aledo.- Este cortometraje ganó el Premio del Público en la Sección Oficial de Cortometrajes. Y no resultó nada extraño ya que su original estructura narrativa, la frescura de su pareja protagonista (Nuria Herrero y Antonio Galeano) y su aire inicial de comedia romántica que se acaba truncando en una historia mucho más triste y melancólica acaba resultando sencillamente cautivadora. Más adelante, realizamos entrevista a su directora, Marta Aledo, en la que nos da nuevos e interesantes detalles sobre su corto.
Fotograma de Seattle
La última virgen de Bárbara Farré.- Este corto obtuvo la Biznaga de Plata al Mejor Cortometraje de Ficción y, aunque había títulos de similar nivel, podemos afirmar que el premio fue merecido. Porque esta historia sobre cómo se inician actualmente en el sexo las chicas jóvenes está narrada con valentía, con precisión y sin ahorrar una aguda mirada crítica. Su demoledora conclusión es que la mujer sigue siendo tratada como un mero objeto y que los actuales mecanismos culturales siguen reproduciendo roles machistas y autoritarios. Implacable y certera.
Jauría de Gemma Blasco.- Otra historia de corte realista, excelentemente narrada, en la que descubrimos cómo una pareja de hermanos, de forma abrupta e inesperada, dan un paso brusco hacia la madurez. Un cierto toque del estilo de los hermanos Dardenne pero combinado con un muy buen dominio del ritmo en los momentos de acción acaban convirtiendo a Jauría en un ejercicio narrativo preciso y, a la vez, profundamente emotivo.
Imágenes de Jauría
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ENTREVISTA A MARTA ALEDO
Como hemos dicho con anterioridad, el cortometraje Seattle de Marta Aledo ganó el Premio del Público, lo que demuestra que su historia y la originalidad de su estructura narrativa supieron enganchar a los espectadores. Este es el cuarto corto de Marta, tras Test (2007), Pichis (2009) y Jingle (2015) y consolida su faceta como directora aparte de su ya larga trayectoria como actriz, ya que recordemos que la hemos podido ver en numerosas series de televisión (la más reciente, Vis a Vis) y en películas como Las 13 rosas de Emilio Martínez Lázaro, Los abrazos rotos de Pedro Almodóvar o La vergüenza de David Planell.
Marta Aledo
ACALANDA MAGAZINE: Hola, Marta. En Málaga, en la Sección Oficial de Cortometrajes del 21º Festival de Málaga, has presentado Seattle. Lo que más llama la atención es su estructura narrativa. Al ser sus protagonistas un piloto y una azafata que mantienen una relación amorosa, cada escena tiene lugar en una ciudad y en un momento temporal distinto. ¿Surgió dicha estructura desde el primer momento o sólo con sucesivos desarrollos del guion?
MARTA ALEDO: El guion comenzó siendo el final de una historia de amor entre dos diseñadores gráficos en Seattle, ¡así que imagínate los tumbos que ha dado! Me estuve peleando con ese guion semanas pero no me terminaba de gustar. En paralelo, tuve una charla divertidísima con un amigo que es piloto y me fascinó su día a día y su mundo. Una noche, mientras me peleaba con el guion, se me cayó la ficha y me di cuenta de que mis protagonistas no eran diseñadores sino diferentes ciudades y a partir de ahí todo empezó a “fluir”. Guardo de ese guion el título y la primera secuencia.
ACALANDA MAGAZINE: Los dos protagonistas, Nuria Herrero y Antonio Galeano, están brillantísimos y entre ellos hay una química muy especial. Supongo que tu trayectoria profesional como actriz te tuvo que ayudar a la hora de dirigir las interpretaciones del reparto. ¿Fue un apoyo o, quizás, sentiste más responsabilidad por ello?
MARTA ALEDO: Muchas gracias. Ser actriz me ayuda siempre, es desde donde parto porque es lo que más conozco. Pero también es verdad que en casa del herrero cuchillo de palo y me he descubierto siendo, en ocasiones, ¡súper resultadista!¡Cosa que va en contra totalmente con mi manera de ver las cosas como actriz! Paradojas absurdas. Con Nuria y Antonio fue muy sencillo. Ensayamos mucho pero ellos estuvieron brillantes desde el primer segundo. No se conocían de nada y la química y el vínculo que crearon a mí me hizo creer que en un universo paralelo esta historia podría haber sucedido entre ellos.
ACALANDA MAGAZINE: No sé si la visión de cortometraje sobre la evolución de las relaciones o de determinado tipo de relaciones es optimista, pesimista o, simplemente, realista. ¿Qué nos puedes decir sobre ello?
MARTA ALEDO: Creo que es más realista. En este caso concreto, la relación es un tren que se pierde por no haberte subido a tiempo. Mucha gente del equipo se resistía a este hecho, hubo mucha polémica. El montaje final es más optimista de lo que yo tenía pensado en su momento porque el montador ha puesto su corazoncito también.
Fotograma de Seattle, con Nuria Herrero y Antonio Galeano
ACALANDA MAGAZINE: ¿Qué cineastas son los que más te influyen a la hora de dirigir?
MARTA ALEDO: Woody Allen y Billy Wilder siempre están ahí. En este corto en concreto, me he empapado bastante de Spike Jonze, Sofia Coppola y Richard Linkater.
ACALANDA MAGAZINE: Hay una pregunta que estamos haciendo a todos los directores de cortometrajes a los que hemos entrevistado. En los momentos actuales, en los que cualquier espectador habla de la falta de tiempo para ver todo lo que está a su disposición, ¿crees que el formato de cortometraje tiene posibilidades de que encuentre una vía para ser explotado comercialmente y encuentre su hueco en medio de toda la oferta audiovisual?
MARTA ALEDO: Creo que sí. Igual que las series están viviendo su momento de oro, confío que en algún momento pasará con los cortos. Hay verdaderas joyas por ahí que creo que a la gente le fascinarían. Movistar Plus tiene un catálogo bastante grande de cortos tanto de ficción como de animación y deseo que tanto Netflix como HBO hagan un hueco a los cortometrajistas y les den visibilidad.
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ENTREVISTA A LINO ESCALERA
En 2017, Lino Escalera presentó en el Festival de Málaga No sé decir adiós y fue uno de los grandes triunfadores de la edición: Biznaga de Plata Premio Especial del Jurado, Biznaga de Plata a la Mejor Actriz (Nathalie Poza), Biznaga de Plata al Mejor Actor de Reparto (Juan Diego), Biznaga de Plata al Mejor Guion (Pablo Remón y Lino Escalera) y Mención Especial del Jurado de la Crítica.
En Australia, Lino Escalera retoma el papel de Nathalie Poza en esa película pero se aparta, relativamente, del universo narrativo que abordó en No sé decir adiós para visitar otras aristas de tan áspero personaje. Un encuentro entre una dura ejecutiva inmobiliaria y su “camello” se acaba convirtiendo en el bisturí que acaba haciendo una disección seca y certera de la actual situación social.
Veamos qué tiene que decirnos el director sobre su corto.
Lino Escalera, momentos antes de la proyección de su cortometraje en el Festival de Málaga (Fotografía de Lorenzo Hernandez)
ACALANDA MAGAZINE: Aparte de No sé decir adiós, con anterioridad, en el año 2007, ya obtuviste un importante éxito con el corto Elena quiere, protagonizado por Marta Belenguer. Ahora, presentas otro corto, Australia, que es una especie de prolongación de No sé decir adiós. Todo lo que hemos visto hasta ahora de ti está muy centrando en el universo femenino. ¿Qué es lo que te atrae de ese universo?
LINO ESCALERA: Bueno, yo creo que he estado muy vinculado a las mujeres desde muy pequeño. Siempre he tenido más amigas que amigos. Tengo muchas hermanas… Entonces, es algo que se da como de forma natural y orgánica en mi vida. He formado parte de ese universo. No es que yo buscara ese universo sino que he crecido rodeado de muchas mujeres y es algo que conozco de una manera natural. Me interesan mucho las historias de mujeres… Al fin y al cabo, me interesan las historias con personajes interesantes. Ha dado la coincidencia de que han estado protagonizadas por mujeres pero hay proyectos futuros en los que el protagonista es hombre, por lo que tampoco hay un anclaje, en ese sentido, en el sexo femenino sino que busco personajes que tengan aristas, que sean complejos, que tengan diferentes capas y que, en ese sentido, pueda moverme o vincularme con ellos…
ACALANDA MAGAZINE: En tus anteriores películas, los personajes estaban desajustados con su entorno, tenían como un choque con ese entorno… Ahora, el título del corto, Australia, remite a una realidad ajena, las antípodas… ¿Juegas también con ese concepto?
LINO ESCALERA: Sí, totalmente. Incluso en este corto, de alguna manera, se ve más claramente ese desajuste del que hablas, que, al final, se traduce en soledad, en frustración, en aislamiento, en romper vínculos con la realidad y con lo que te rodea.
Es el hecho de estar despegado de la vida y de tu entorno.
Lino Escalera, momentos antes de la proyección de su cortometraje en el Festival de Málaga (Fotografía de Lorenzo Hernandez)
ACALANDA MAGAZINE: ¿Cambia mucho el lenguaje cinematográfico (códigos narrativos, lenguaje visual, planificación…) entre un largo y un corto?
LINO ESCALERA: El visual, precisamente no. Es común, en mi caso, a cortos y largos. Lo que cambia es el lenguaje narrativo de la estructura del guion. Siempre se pone el mismo ejemplo pero es así: es como si escribieras una novela o un cuento corto. La estructura narrativa no es lo mismo, tienes que ajustarte a unos tiempos que son los que son para destilar una historia y desvelar un personaje, por lo tanto no puedes utilizar las estructuras narrativas de un largometraje porque no llegas. Entonces, estructuralmente a nivel de guion es muy diferente. El corto es como una epifanía, como captar un momento en que puedes desvelar un personaje pero no puedes hacer un recorrido hasta llegar a esa revelación sino que tienes que mostrarlo de una manera mucho más breve.
ACALANDA MAGAZINE: En la actualidad, con los problemas de tiempo que tiene cualquier espectador para ver cualquier producto audiovisual, ¿crees que el formato del cortometraje puede tener recorrido comercial en el futuro?
LINO ESCALERA: Yo lo veo complicado a no ser que haya fórmulas de distribución que pasen por aunar diferentes cortos… Llevo muchos años vinculado al mundo del cortometraje, he conocido muchas fórmulas e intenciones para hacer llegar el corto a las salas pero sí que es verdad que es complicado que el público, a nivel salas (evidentemente, a nivel consumo a través de internet, es otra cosa, hay millones de plataformas y ello ha ayudado mucho al consumo de cortos), pero a nivel de exhibición en salas es muy complicado porque se han utilizado diversas fórmulas (poner un corto antes de un largo – no creo que sea lo más adecuado–, juntar diversos cortos en una proyección – me parece lo más inteligente–), pero es complicado… Sí es verdad que con el mundo en que vivimos y con el cambio que se ha producido en el consumo audiovisual todo ello ha ayudado al mundo del corto para poder ser visto a través de internet.
Lino Escalera, momentos antes de la proyección de su cortometraje en el Festival de Málaga (Fotografía de Lorenzo Hernandez)
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