¿Por qué es necesario un Museo Cajal?
En 2017, la Unesco inscribió el Archivo Cajal y de la Escuela de Neurohistología Española como parte del Programa Memoria del Mundo, siendo la única escuela reconocida en dicho programa. Este programa tiene como objetivo la preservación y el acceso al patrimonio histórico documental de mayor relevancia a nivel mundial. En él se encuentran inscritos los legados de otras grandes figuras históricas como Isaac Newton, Nikola Tesla, Anna Frank, Goethe o George Orwell.
En 2020, el entonces ministro de Ciencia, Pedro Duque, prometió en el Congreso de los Diputados la creación, durante la actual legislatura, de un Museo Cajal y de su Escuela para «darle el protagonismo que merece al legado del mejor científico de nuestra historia”.
En este texto, investigadores de diferentes instituciones respondemos a la pregunta ¿por qué es necesario que exista un Museo Cajal y de su Escuela? para tratar de transmitir a la sociedad española y a la clase política los motivos que justifican la creación de dicho museo.
Han participado inicialmente:
- Juan Andrés de Carlos
- Fernando de Castro Soubriet
- Elena Giné
- Alberto Jiménez Schuhmacher
- José Javier Bravo Cordero
- Marcos Larriba
- Alejandro Muñoz López
- Isidro Sánchez-García
- José Antonio Hernández de la Moya
- Rafael J. García-Villanova
- Teresa Rivas Palá
- José Antonio Gargallo Gascón
- Lucía Rodríguez González
- Óscar Marcos Sánchez
- Alberto Romero
- Diego Gómez Fernández
- Estanislao Nistal Villán
- Javier Navarro
- Felipe Francisco Chaneta Garau
- Antonio Muro
- Enrique Cabero Morán
- Roberto Bustillo
- Julio Cordero González
- Angélica Berrio Manrique
- Luis Marcos Nogales
- Jesús Alfaro Águila-Real
Nos gustaría que te sumases a la iniciativa, puedes añadir tus reflexiones en el apartado de comentarios como ya han hecho:
- Óscar Solano
- Lapili
- María José García Sánchez
- Esther Caballero Salvador
- Gloria Rodríguez-Villanueva García
Necesitamos a Cajal más que nunca
Otros artículos en Acalanda Magazine sobre D. Santiago Ramón y Cajal
Santiago Ramón y Cajal: Lecturas recomendadas
Semblanza de Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) por CSIC
Santiago Ramón y Cajal vía Wikipedia
Santiago Ramón y Cajal. Biografía vía RTVE (55s)
Ramón y Cajal: historia de una voluntad vía RTVE
Biblioteca Cervantes: Santiago Ramón y Cajal
Este espacio recoge diversos textos de Santiago Ramón y Cajal: los autobiográficos de los Recuerdos de mi vida y El mundo visto a los 80 años o la prosa aforística de las Charlas de café; una selección de artículos que son muestra de sus variados intereses, su tratado sobre La fotografía de los colores y las Reglas y consejos sobre investigación científica, su obra de pensamiento fundamental.
Recuerdos de mi vida vía Project Gutenberg
Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense
Santiago Ramón y Cajal – 26/10/09 vía RTVE
Tesis de Santiago Ramón y Cajal, 1877: Patogenia de la inflamación: discurso para los ejercicios del grado de Doctor de Santiago Ramón y Cajal
Fuente: Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense
Fetos, balnearios y agujeros de bala: los tesoros de la medicina en las tripas de la Complutense. Fuente: El País
RAMÓN Y CAJAL – Santiago Ramón y Cajal Junquera. Fuente: Fundación CAI
«Amemos a la patria, aunque no sea más que por sus merecidas desgracias»
Santiago Ramón y Cajal: Hasta donde quieras llegar. Fuente: CSIC
Desde la memoria: Historia, medicina y ciencias en tiempos de Cajal. Fuente: Fundación de Ciencias de la Salud
Santiago Ramón y Cajal: Trabajo, Saberes y Arte. Fuente: Fundación Tejerina
El año en que Cajal inventó una vacuna y no se enteró nadie porque lo anunció en español por Manuel Ansede para El País
Cuenta Santiago Ramón y Cajal en sus memorias que aquel 1885 una epidemia de cólera estalló en Valencia, donde él era catedrático de anatomía. Los hospitales “rebosaban de coléricos” y “la población, diezmada por el azote, vivía en la zozobra”, rememora Cajal. Los médicos más veteranos recetaban el sabroso, pero inútil, láudano de Sydenham: vino con opio, azafrán, clavo y canela. Los más jóvenes recomendaban hervir el agua antes de beberla, sabedores de que un año antes el científico alemán Robert Koch había anunciado que un microbio era el culpable del cólera, una diarrea letal capaz de matar a una persona en cuestión de horas. Y Cajal, según reivindicó él mismo, inventó una solución a sus 33 años: “la vacuna química”.
Biblioteca Cervantes: Cajal > Recuerdos de mi vida > Sumario > Segunda parte, II
Entre otras menudencias originales, figuraban, en el orden técnico, un proceder práctico y sencillo para teñir el bacillus comma, y otro encaminado a conservar, colorear y montar definitivamente sus colonias en gelatina y agar, etc. (Citado y confirmado más adelante por Van Ermergen.)
En el orden científico, añadíamos:
- a, un análisis comparativo minucioso de los microbios de las aguas y deyecciones, dotados, a semejanza del vírgula, de la propiedad de liquidar la gelatina;
- b, la demostración (independientemente de Pfeiffer) de que el microbio de Koch, poco patógeno en inyección subcutánea, resulta sumamente virulento en el peritoneo del cobaya;
- c, y sobre todo, la prueba experimental de la vacuna química, es decir, de la posibilidad de preservar a los animales de los efectos tóxicos del vírgula más virulento, inyectándoles de antemano, por la vía hipodérmica, cierta cantidad de cultivos muertos por el calor.2
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Autor: Descarga
Fuente: Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense
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Eran aquellos tiempos harto difíciles para los españoles aficionados a la investigación. Debíamos luchar con el prejuicio universal de nuestra incultura y de nuestra radical indiferencia hacia los grandes problemas biológicos. Admitíase que España produjera algún artista genial, tal cual poeta melenudo, y gesticulantes danzarines de ambos sexos; pero se reputaba absurda la hipótesis de que surgiera en ella un verdadero hombre de ciencia. Acaso contribuyeron algo al desdén con que entonces nos trataban los sabios la inhábil cuanto interesada actitud adoptada por Ferrán con los delegados extranjeros en el asunto de la profilaxis colérica (recuérdese su empeño tenaz en mantener secreta la elaboración de su vacuna) y los candorosos errores del médico tortosino en punto a la morfología y multiplicación del vírgula de Koch.
Con todo, si mi labor careció de eco en los laboratorios de París y Berlín —y con ello no se perdió cosa mayor—, valiome, en cambio, un galardón material y espiritual de gran transcendencia para mi carrera. Agradecida la Diputación de Zaragoza al celo y desinterés con que trabajé por servirla, decidió recompensar mis desvelos, regalándome un magnífico microscopio Zeiss.

El cólera en Valencia. Ferrán vs Cajal por Sergio Mestre vía BioGeo
Polémicas: Ramón y Cajal versus Ferrán y la vacunación anticolérica por José González Núñez vía Hoy es Arte
Fuente: UAB
Ramón y Cajal – Bacteriólogo. Fuente: Sociedad Española de Quimioterapia
La vacuna de Ferrán ofrecía una esperanza de vencer la enfermedad colérica “pasando a través de ella” y así lo entendieron los habitantes de Alcira –una de las poblaciones más castigadas por la epidemia– en la Memoria presentada al Gobierno español y en la que reclamaban la inmunización mediante la “colerización” convencidos de la base racionalista de la doctrina del médico tarraconense: “De pronto, el nombre de Ferrán y el grito de ¡salvación! repercuten en el corazón de los alcireños…”. Pero a la vacuna de Ferrán le faltaba efectividad y le sobraba riesgo, algo que trató de solventar Cajal, siendo uno de los trabajos que contienen los Estudios sobre el microbio vírgula del cólera y las inoculaciones profilácticas la demostración de que la inyección hipodérmica del cultivo colérico muerto por el calor estimula los mecanismos de defensa del organismo, produciendo la inmunidad.
Según Pedro Ramón y Cajal: “la técnica de Ferrán se apoyaba en la creencia de que todo microbio sacado de un organismo vivo y cultivado en medio artificial se atenuaba y convertía en vacuna con poder inmunizante, profiláctico y curativo”. En realidad no se trataba de vacunas, sino de caldos de cultivo que inyectaba en dosis crecientes, y lo que hizo Cajal fue repetir los experimentos, pero modificándolos “en el sentido de que inyectaba, en lugar de cultivo vivo, bacilos muertos que obraban igual, pero con peligro menor”.
Mientras los dos investigadores españoles se enzarzaban en la polémica, los investigadores americanos D. E. Salomón y T. Smith aparecían, un año después de su constatación por Cajal, como los descubridores de que la vacunación de hombres y animales con cultivos de gérmenes muertos estimula la producción de anticuerpos.
En cualquier caso, el obsequio de un magnífico microscopio de la casa Zeiss por parte de la Diputación de Zaragoza como agradecimiento a “su celo y desinterés” contribuyó decisivamente a la futura labor científica de Cajal, permitiéndole “abordar sin recelos y con la debida eficiencia los delicados problemas de la estructura de las células y el mecanismo de su multiplicación”, una vez escogida, no sin pena ante la renuncia a “plantar sus tiendas en el terreno casi virgen de los invisibles enemigos de la vida”, la discreta y angosta senda histológica, “la de los goces tranquilos”, pero también la que le permitiría –pensaba él– en convertirse en “el héroe de la novela de la vida”, ya que “el conocimiento exacto de la textura del cerebro permitirá averiguar el cauce material del pensamiento y de la voluntad”. Camino de Barcelona su corazón, como el del poeta, esperaba “hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera”.
Esto no quiere decir que Cajal no siguiera atento a los avances de la Bacteriología en los años siguientes y que no sintiera grandes simpatías por el mundo microbiano, como lo prueban muchos de sus artículos divulgativos y literarios aparecidos, bajo el su seudónimo de Doctor Bacteria, –quizás como compensación por su abandono de la Bacteriología–, la publicación posterior de sus Cuentos de vacaciones, algunos de los cuales están fuertemente impregnados de Microbiología, o la utilización constante a lo largo de su vida de metáforas microbianas para describir hechos o dar opiniones. Así, por ejemplo, habla de la ciencia como “la simple consecuencia de la imitación y el contagio”, y argumenta que este contagio se produce “a veces a distancia, por la semilla latente en los libros, más a menudo de cerca, por gérmenes arribados (…) desde las cabezas geniales”.
Los rayos X en los ojos que ‘cegaron’ a Ramón y Cajal y Valle-Inclán por Manuel Ansede para El País
… episodio en el que se vio envuelto cuando presidió una comisión para estudiar un caso tan extravagante y popular como fue el caso del joven Argamasilla, un aristócrata que aseguraba estar provisto de unos ojos especiales, capaces de ver a través de los cuerpos opacos.
…
El caso del joven Argamasilla lo podemos encajar en nuestro presente. Porque los tiempos que estamos viviendo nos remiten a épocas pasadas, cuando las explicaciones sobrenaturales calaban hondo en una población sin cultura de raíz científica, algo que Ramón y Cajal siempre identificó con la pobreza de un país.
Cómo Ramón y Cajal salvó de la pena de muerte a un acusado de asesinato por Víctor Fernández vía La Razón
Cajal, Bill Gates y el cuento de la vacuna para controlar a los ciudadanos por Manuel Ansede para El País
El Museo de Huesca cede dos obras para una exposición sobre Cajal en Estocolmo

Se trata de ‘Composición fantástica’, una pintura sobre cartón de Ramón Acín; y ‘Páginas pseudoliterarias semicientíficas ¿Hombre artificial?’, un libro cuyo autor es Santiago Ramón y Cajal, publicado en el año 1931, que incluyó la particularidad de ilustrarse con un grabado de Ramón Acín.
Fuente: Real Academia Nacional de Medicina (España) vía Biblioteca de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense
El tesoro del Nobel que acabó a la venta por unos euros en el Rastro por Manuel Ansede para El País
… una frase escrita por Cajal en un pequeño trozo de papel hallado en su palacete: “Si existe la inmortalidad para el sabio, debe de ser un tormento y llegará un día que le pedirá a Dios la muerte al ver los abusos, los robos que se cometen con sus descubrimientos”.
En el confín por Félix de Azúa para El País
Los que han tenido la fortuna de vivir muchos años han habitado dos mundos diferentes. El de la niñez y juventud poca relación tiene con el de la senectud.
Como su padre, todo el esfuerzo de Cajal fue arrancarse a la pobreza, pero, sobre todo, a la miseria espiritual e intelectual de aquella España en ruinas.
La honestidad de Ramón y Cajal (Wikipedia)
Además de sus virtudes como científico y personalidad humana, Ramón y Cajal fue un insólito ejemplo de honestidad y de patriotismo bien entendido. Valgan estos tres ejemplos:
- Nombrado director del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, el Gobierno le asignó un sueldo de diez mil pesetas anuales. Ramón y Cajal pidió que se lo rebajaran a seis mil.
- Rechazó el cargo de ministro de Salud e Instrucción Pública, y si aceptó el nombramiento de senador vitalicio que propuso Canalejas, fue porque era gratuito (no tenía asignación económica).
- Siendo presidente de la JAE (Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas), envió al extranjero a su hijo Jorge, investigador como él, pagando los gastos de su bolsillo. Preguntado sobre por qué no le había pensionado con una beca, como era habitual, y más siendo su hijo, Ramón y Cajal respondió: «Por eso mismo, por ser mi hijo».
Homenaje a Ramón y Cajal en el 80 aniversario de su muerte vía Real Academia Nacional de Medicina
Exposición: “Cajal, Hombre y Ciencia” (3 min)
Paraninfo Universidad de Zaragoza del 7 de octubre de 2019 al 11 de enero de 2020
El aniversario de Cajal llega sin museo propio y con dudas acerca del destino de su legado vía Heraldo de Aragón
Alberto J. Schuhmacher: “Desvelar a Cajal” vía Ser
El Legado Cajal vía CSIC
El Legado de Santiago Ramón y Cajal: El Archivo de Santiago Ramón y Cajal y la Escuela Española de Neurohistología vía Ministerio de Cultura y Deporte
El Archivo de Santiago Ramón y Cajal y la Escuela Española de Neurohistología por Unesco
Dr. Ramón y Cajal: «Queremos impulsar un cambio de paradigma científico» por Mar Muñoz vía La Razón
Por favor ayúdanos a poder ser sostenibles comprando el libro Ramón y Cajal (El ocaso del genio) de Marcos Larriba Martínez. Muchas gracias
Toda iniciativa que ayude a mejorar nuestro nivel cultural es bienvenida.
Me parece una iniciativa estupenda para dar valor a las personas que dedican sus esfuerzos al progreso científico tan poco valorado social y políticamente. Son verdaderos héroes por su generosidad y dedicación exclusiva, muchas veces. Ramón y Cajal es un ejemplo único.
La admiración que sentimos por un personaje aumenta cuando lo conocemos. Visualizar su obra, conocer su trayectoria en el marco histórico, las dificultades de su trabajo, el legado dejado a la humanidad es algo que puede aportar un museo. Don Santiago Ramón y Cajal se lo merece.
Toda iniciativa que fomente y divulgue el conocimiento científico es un foco de esperanza para atraer nuevas ideas y mentes que contribuyan al avance de la humanidad.
La «doctrina de la neurona » de Cajal fue punto de partida de la neurociencia moderna.
Excelente y obligada iniciativa que debe reparar la que fracasó lamentablemente en el pasado.
En el libro reciente de Millas y Arsuaga “La vida contada por un Sapiens a un Neandertal” se describe la visita de ambos a la tumba de Cajal en el cementerio de La Almudena de Madrid. Juan Luis Arsuaga destaca la figura científica de Ramón y Cajal que equipara sin género de dudas a la de Newton o Einstein.
También comentan el mal estado y abandono en que se encuentra su lugar de enterramiento. En ese sentido se está gestando una iniciativa para su reparación.
Es imprescindible lograr que diversas instituciones públicas y profesionales, entre ellas las médicas, se involucren activamente en el proyecto.
Ahí van algunas razones en una reflexión, ay, de 1999. Cajal forma parte del patrimonio nacional y, por tanto, ha de ser público, conocido y estudiado.
https://elpais.com/diario/1999/07/14/sociedad/931903224_850215.html