Las cosas nunca van a cambiar
A las buenas despedidas se les tiene poco aprecio, así me lo parece.
José Antonio Gargallo Gascón
Calanda (Teruel), 1973.
Después de ejercer de niño, imaginó que podía elegir y decidió entonces probar a tocar la guitarra eléctrica y cantar sus propios temas, por aquel entonces ya estudiaba fruticultura y aún tenía pelo. Cuando descubrió que no se elige, sino que se sortea, resolvió que era tiempo de hacerse fotógrafo y descubrir otras luces (para entonces ya vivía de la fruticultura). Pero fue a partir de asentar la cabeza (o debido a ello, quién sabe) que comenzó a imaginar que podía contar historias, como la forma más imprudente, remota y no triste de ser, también de elegir… en la medida de lo posible.