Isabel Preysler. Mi verdadera historia

Durante cincuenta años, Isabel Preysler ha sido un enigma envuelto en seda. Su poder no residía en lo que decía, sino en lo que callaba. Hemos leído miles de titulares sobre ella, pero nunca habíamos escuchado la historia de ella.

Hasta ahora.

Mi Verdadera Historia no es una autobiografía; es un acto de control narrativo. Es la crónica meticulosa de una mujer que, tras una vida de gestionar su imagen con la precisión de un cirujano, por fin coge el bisturí para realizar la disección final de su propia leyenda.

Y, como era de esperar, el libro está motivado por el acto más explosivo de su vida pública: la ruptura con Mario Vargas Llosa.

El Jaque Mate: “Tú Estás Muy Mal Educado”

El libro no empieza en Manila, sino en Madrid, con la publicación de su correspondencia privada con un Premio Nobel. Durante meses, el “entorno” de él filtró que el escritor fue “desgraciado” a su lado. Para Preysler, una marca construida sobre la hospitalidad perfecta, esta era una afrenta intolerable.  

Su respuesta es un jaque mate.

Primero, despliega las cartas de amor de él como prueba: “Este ha sido el año más feliz de mi vida”, “la palabra felicidad tiene nombre y apellido: Isabel Preysler”.  

Y entonces, revela su propia carta de ruptura, fechada el 12 de diciembre de 2022. Es breve y demoledora. Expone su motivo (“tu ridícula escena de celos”) y culmina con la sentencia que redefine la relación: “Lo que de verdad hace imposible la convivencia es la mala educación y tú estás muy mal educado”.  

Ella no fue “dejada”. Ella despidió al Premio Nobel por no saber comportarse.

Desmontando el Mito: “No Soy Cenicienta”

Para entender el acto final, el libro nos obliga a desmontar el origen. Preysler dedica un capítulo entero a gritar: “No soy Cenicienta”. Refuta la narrativa de “pobre a rica” que la ha perseguido.  

El libro establece su linaje como parte de la aristocracia terrateniente filipina. Su llegada a España no fue un plan de conquista social; fue un castigo.  

El catalizador fue su primer amor, Junie Kalaw, “el hombre que puso en marcha el resto de mi vida”. Tras una escapada romántica de un día, la avioneta de Junie no arrancó. Este fallo mecánico provocó que ella llegara tarde a casa, sus padres descubrieran la relación y la exiliaran a España para separarlos.  

Su vida en España, según esta versión, no fue ambición. Fue un accidente del corazón.

La Era Iglesias: “No Quiero que Bailes ni con Dios”

Su matrimonio con Julio Iglesias fue su bautismo de fuego en la fama y la infidelidad. El libro detalla la “excesiva protección y vigilancia” de un Julio celoso. Tras verla bailar con un amigo, él le espetó la frase lapidaria: “Isabel, no quiero que bailes ni con Dios”.  

Pero el momento que definió su marca para siempre fue su separación. Su abogado le informó que, tras la firma del contrato millonario de Julio con Sony, le correspondía la mitad. Su respuesta, un acto fundacional de independencia, fue: “Pensé que no era justo”.  

Rechazó una batalla legal y le preguntó directamente a él: “¿Qué quieres dejarme?”. Al elegir la dignidad por encima del dinero, cimentó su independencia.  

El Veredicto Final

Mi Verdadera Historia es mucho más que glamour. Es un “calvario”. Es el relato de una mujer que lloraba “de rabia y de pena” en la ducha mientras cuidaba a Miguel Boyer tras su ictus. Es la confesión de una vanidad que salió mal, detallando cómo su nariz “se desmoronó” en una cirugía fallida y tuvo que ser reconstruida con “hueso de una costilla”.  

Este libro es la declaración final. Es la historia de una mujer definida públicamente por los hombres que la rodearon, pero que concluye presentándolos a ellos como personajes secundarios en su historia.

Tras toda una vida de silencio estratégico, Isabel Preysler por fin ha publicado su veredicto. Y es fascinante.

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