Jugando con el cuerpo, Belén Blesa nos invita en cambio a despojarnos tanto de sus registros como de los nuestros, a vagar por las páginas con nuestra propia brújula.
Mi primer libro fue Platero y yo. Supuso mi primera experiencia dramática, tenía entonces 7 años. Era la primera ternura, la primera muerte, la primera leve conciencia de la radicalidad de la vida.