Papá Noel, Santa Claus, Viejito Pascuero o San Nicolás son algunos de los nombres con los que se conoce universalmente al personaje legendario que, según la cultura occidental, trae los regalos a los niños durante la noche del 24 al 25 de diciembre. Se trata de un entrañable y fantástico personaje navideño basado en la figura de Nicolás de Bari, un obispo cristiano de origen griego que vivió en el siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia (actual Turquía). Según cuenta la tradición llegó a ser una de las personalidades más veneradas por los cristianos de la Edad Media. En estos momentos se conservan sus reliquias en la basílica de San Nicolás de Bari (Italia).

Al parecer, fueron los holandeses quienes llevaron la leyenda de San Nicolás (Sinterklaas) a Nueva Ámsterdam (actual Nueva York) a finales del siglo XVIII. Sinterklaas, el santo y hombre sabio y generoso, amigo de los niños, entrega los regalos, los dulces (las galletas de spéculoos, los kruidnoten, los pepernoten y las letras de chocolate) y las mandarinas procedentes de España la noche del 5 al 6 de diciembre, acompañado por sus pajes (los “Zwarte Piet”, los pajes negros). A diferencia del Santa Claus popularizado universalmente, la versión holandesa es un majestuoso personaje de barba blanca que monta un caballo (Amerigo), usa un sombrero parecido al de los obispos, viste de rojo y lleva en su mano un cayado. Además, posee un gran libro con los nombres de los niños que han sido buenos. Los niños, por su parte, llenan sus zapatos con paja, dejándolos fuera de la casa para alimentar al caballo de Sinterklaas. Y, por cierto, sobre la cuestión de por qué San Nicolás -que nació en la actual Turquía- viaja cada año en un barco de vapor desde España (Madrid) hasta Holanda, debemos rebuscar la respuesta en los libros de historia. En ellos descubrimos que la ciudad de Bari (Italia), a donde fueron trasladados los restos mortales de San Nicolás, pertenecía en el siglo XVI al Reino de Sicilia y Nápoles (más tarde denominado “El Reino de las Dos Sicilias) que, junto a otros territorios italianos y Flandes (actual Benelux) estaba integrado dentro del Imperio Español.
Papá Noel es hoy una figura imprescindible de la Navidad. Aunque existen diversas leyendas acerca de este personaje, todas lo describen como un hombre piadoso y bondadoso que siempre ayudaba a los niños, a los más vulnerables y necesitados. Una de las grandes preguntas que todos nos venimos haciendo sobre este entrañable personaje es: ¿Por qué Papá Noel se viste de rojo y conduce un trineo arrastrado por renos?
El Papá Noel que conocemos hoy en día, arraigado profundamente en el imaginario colectivo universal, está basado en los dibujos creados por Thomas Nast, en 1863. Al parecer, Nast pudo idear el personaje basándose en la obra “Una visita de San Nicolás”, un pequeño poema publicado originalmente, de forma anónima en 1823, por el norteamericano Clement C. Moore. Años más tarde, la imagen que todos conocemos de Santa Claus fue popularizada por Coca-Cola en su campaña publicitaria de 1931, ilustrada por Haddon Sundblom.

Actualmente hemos convenido en que Santa Claus vive con su esposa (la Señora Claus o Mamá Claus) en el Polo Norte, donde fabrica los juguetes para todos los niños del mundo con la ayuda de unos cariñosos duendes; que siempre nos muestra su cariño y cercanía con un “ho, ho, ho”; y que, durante la mágica noche del 24 de diciembre, se monta en un trineo arrastrado por unos renos muy especiales, alimentados cuidadosamente con “liquen de reno” que le conducen por todo el mundo para satisfacer los deseos de los niños que se han portado bien;¡Ah!… se me olvidaba; y que toma gustosamente la leche y las galletas que los niños le dejan en el árbol de Navidad para que pueda reponer fuerzas.
Bien. Ahora, muchos de los que estáis leyendo este artículo os estaréis preguntado: ¿Existe alguna manera de contactar con nuestro adorado Papá Noel? Pues, sí, existen muchas maneras y, todas, al alcance de nuestra mano. Os relaciono algunas de las más utilizadas: El Departamento de Envíos Extraordinario de Correos; Internet; videollamadas; el móvil, una profunda meditación o los sueños. Sí, también a través de los sueños podemos contactarle. Yo mismo he utilizado recientemente este medio y me ha funcionado. Cuando estuve ante su presencia le pedí que me enviara un mensaje para toda la Humanidad y esto es lo que me dijo.

Hola, amiguitos:
¡Ho, ho, ho!… El día de Navidad es el día más importante del año. En Laponia, mi país, trabajamos intensamente durante todo el año para que todos vosotros tengáis vuestros preciados regalos. Para este noble propósito de hacer que seáis más felices no estoy solo. Cuento con la ayuda de mis renos, que alimento con liquen de reno, su plato favorito. Ellos me conducen de forma segura y amorosa hasta el más recóndito lugar del mundo. También me prestan su colaboración unos simpáticos y generosos duendecitos, que me informan puntualmente de vuestras acciones y comportamientos. Si poneis un poco de atención podréis verlos a través de vuestras ventanas el día de Nochebuena.
Y, antes de despedirme de todos vosotros, deseo recordaros algo muy importante. No siempre podré complaceros con todo lo que deseáis de forma instantánea. Mis regalos son unas veces en forma de frutos y otras en forma de semilla. Pero… si creéis firmemente en el “espíritu de la Navidad”, que reina eternamente dentro de vuestra Consciencia, seréis capaces de alcanzar el regalo más grandioso de todos: La Verdad, la consciencia del Ser y la Dicha.

Podcast: Cartas de Papá Noel gracias a Lluisa Martínez tvcostabrava.com
Lluisa Martínez tvcostabrava.com
José Antonio Hernández de la Moya
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