Conocí al doctor Jesús Romero con motivo de una consulta de traumatología. Tras el diagnóstico me habló de su pasión por el arte; una pasión que había querido plasmar en un libro: “Mi paseo por la Belle Epoque y las Vanguardias”. Aquel primer encuentro fue, como en la mítica película Casablanca, “el inicio de una gran amistad”.
“Mi paseo por la Belle Epoque y las Vanguardias” es un libro de cultura y lecturas, de pasiones y visiones. Su autor, Jesús Romero Guillén, médico especialista en traumatología y ortopedia, nacido en Toledo, hijo del reputado traumatólogo toledano, Manuel Romero, y hermano del consagrado artista plástico, Alberto Romero, disecciona, con la precisión de un cirujano, una manera de ver el mundo, un arte y una época apasionante.

Recuerdo que mientras leía esta obra del doctor Jesús Romero tenía la impresión de estar explorando una fantástica época repleta de gozosas vivencias de alegría y felicidad. Al terminarlo, concluí para mis adentros que se trataba de una arriesgada síntesis de la cultura del siglo XX, pasada por el tamiz de tu propia subjetividad.
“Paulo post”, es decir, poco tiempo después, tuve la ocasión de abordar en profundidad sus reflexiones sobre esta irrepetible época gloriosa del arte en una serie de programas para RNE sobre esta temática y, por supuesto, de su libro, no fuera que se volviera a repetir el mediático e inolvidable enfado de Umbral en un programa de la periodista Mercedes Milá.

En el primer programa se me pasó por la cabeza hacerle la pregunta – impertinente- de, ¿Qué hace un hombre como tú en un sitio como éste?; sin embargo, opté por la corrección política que, oiga, en los tiempos que corren, no está el horno para bollos. Así que, la reformulé de este otro modo “políticamente correcto”: ¿Cómo surge tu pasión por la llamada “Belle Epoque y las Vanguardias”, también conocida por la “Revolución del optimismo”? Me respondió lisa y llanamente que la cirugía era para él un arte también.


Durante el desarrollo de esta entrevista me confesó que su interés por este periodo tan especial, y al que consideraba un segundo Renacimiento, había surgido hacía más de una década, a partir de ciertas lecturas y conversaciones en torno al libro “Ismos”, de don Ramón Gómez de la Serna. Es que este prolífico escritor y periodista vanguardista español había provocado en él un profundo despertar y la gran curiosidad por las artes plásticas, y especialmente por las vanguardias. Y con esta base empezó a frecuentar exposiciones y muestras de arte, muchas de ellas en Madrid, en señeros Centros de Arte de la talla del Reina Sofía, el Thyssen-Bornemisza, Juan March, etc.



-Me influyeron las conversaciones –me confesó -que mantuve con galeristas y expertos en vanguardias como Guillermo de Osma o Pablo Sanguino; también con los artistas Cruz Marcos o Paco Rojas. Es que -me continuó confesando- he tenido la suerte de tener una relación de admiración primero, y luego de fecunda amistad, con el escultor Martín Chirino y el pintor Rafael Canogar, dos grandes personalidades del arte plástico.
Así que, con estos prolegómenos y las correspondientes inoculaciones de cultura, historia y naturaleza en edad temprana, aplicadas a toda la familia con fines preventivos y terapéuticos por su padre, el Dr. Romero, no debe extrañarnos que mi amigo, el doctor Jesús Romero Guillén, haya dado un paso al frente como en la mili, para presentarnos su “ópera prima” artística: “NATURALEZA DE LA NATURALEZA”, una obra muy colorista expuesta desde el pasado viernes 19 de mayo en la Galería Bel-Arte de Toledo (Coronel Baeza, nº 1), donde combina diversos materiales, usa el collage y objetos reutilizados para crear formas, consiguiendo evocar profundos sentimientos.
Ciertamente, cuando uno contempla detenidamente esta preciosa obra artística de Jesús Romero -un médico humanista-, comprende de una vez por todas la enigmática afirmación del genio renacentista, Leonardo Da Vinci, de que «La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte».
José Antonio Hernández de la Moya
Apuntes de sabiduría (una guía para el despertar de la consciencia) de José Antonio Hernández de la Moya
Indudablemente Jose Antonio, me conoces muy bien eres un grandísimo analista y crónico y crítico de la de la vida de la sociedad y de la cultura y me he sentido desnudo ante tu bellísimo escrito. Un abrazo muy fuerte y seguiremos adelante creando arte y haciendo cultura