El Museo del Prado presenta actualmente la gran exposición antológica: Fortuny (1838-1874), patrocinada por la Fundación AXA , con la colaboración especial del Museo Fortuny de Venecia y el Museu Nacional d´Art de Catalunya.

Dedicada a uno de los artistas españoles del siglo XIX que ha gozado de la valoración más sostenida de su arte y de una mayor repercusión internacional, destacándose entre las figuras capitales del arte español de todos los tiempos, la exposición podrá visitarse en las salas A y B del edificio Jerónimos hasta el 18 de marzo de 2018.

Junto a ellas se exhiben ejemplos de la extraordinaria colección de antigüedades que atesoraba en su atelier: preciosos objetos, algunos de ellos conservados hoy en las más importantes colecciones arqueológicas del mundo. Son obras de arte que demuestran su interés por la observación detenida y explican el extremado refinamiento del pintor en la captación de las calidades, el color y la luz en sus propias creaciones artísticas y el asombroso virtuosismo de sus obras, que extendieron rápidamente su fama entre los grandes coleccionistas de Europa y Estados Unidos.

El retrato es un género pictórico, usualmente de encargo, de una gran tradición en España. Es la primera vez que el Prado aborda una exposición antológica de este destacado artista, buena parte de cuyas obras conserva gracias a los generosos legados de Ramón de Errazu ,de Mariano Fortuny y Madrazo, hijo del pintor, y a compras realizadas por el propio Museo.

Mariano Fortuny fue yerno del insigne pintor Federico de Madrazo y cuñado de los pintores Raimundo y Ricardo de Madrazo.

La exposición aborda en sus salas las siguientes temáticas:

1) La formación de Fortuny en Roma (1858-61).

2) África y el descubrimiento de la pintura (1860-62)

3) Entre España e Italia (1863- 68)

4) Los grabados (1860-64)

5) Los maestros antiguos y El Prado (1866-68)

6) El triunfo internacional1868-70)

7) Granada (1870-72) y

8) Los últimos años (1873-74)

Fortuny solo vivió 36 años, pero demostró con creces su fino pincel. Huérfano desde  muy joven, consiguió una beca para estudiar en Roma y allí empezó a comprar obras para su atelier. Pronto conquistó el favor de la autoridad catalana y fue enviado por la Diputación de Barcelona a Marruecos, para pintar escenas de la guerra de África, a la que habían acudido muchos jóvenes catalanes como voluntarios. Allí presencia y pinta el combate de Wad Ras y queda fascinado por la luz y el paisaje del norte de África.

Con posterioridad vive dos años en Granada, pintando paisajes de La Alhambra, que se rehabilita en esos años. Pinta el cuadro La Vicaría, sin duda inspirado en la de Reus, su ciudad natal, y por el que consigue un gran éxito mundial. En él perfila perfectamente los personajes y se  recrea en el detalle y adorno de la estancia. A partir de ese momento, realiza solo retratos y encargos de su marchante.

Se instala en Patrici (Nápoles) en el verano de 1874, en el que muere retratando escenas familiares de sus hijos, Mariano y María Luisa, de dos y siete años.

Fortuny es maestro del grabado, muy importante en este siglo, también del aguafuerte, de la acuarela y del óleo. Realizó perfectas copias de Goya, Velázquez y El Greco, expuestas también en esta exposición.

Fortuny es un maestro romántico, al que le interesa el color y la forma perfecta, también la plasmación de costumbres y el paisaje poco común. Fantasía árabe y distintos Retratos de árabes pueblan la exposición. Se trata de guerreros listos para el combate, en horas de descanso, o agobiados por la enfermedad y la miseria.

El pintor triunfó en los años finales de la década de 1860 a través de óleos y acuarelas con motivos del siglo XVIII (El aficionado a las estampas y La vicaría) y árabes (Jefe árabe, Un marroquí, El vendedor de tapices, Calle de Tánger y El fumador de opio).En Granada pintó Pasatiempos de hijosdalgos, Almuerzo en la Alhambra y Ayuntamiento viejo de Granada.

Volvió a Italia en 1873 y su estancia en Portici supuso una inmersión en la naturaleza,  que le hizo plenamente consciente del color local y de las sombras coloreadas en sus pinturas de desnudos de niños en la playa, de los que se incluye un grupo de cuatro, dos de ellos inéditos, y sus paisajes Calle de Granatello en Portici y Paisaje napolitano, recién adquirido por el Prado.

No solo pintó encargos, sino también tipos humanos que encontraba en las ciudades donde vivía. En los grabados abordó temas árabes y clásicos, muy influenciado por Ribera, Rembrandt y Goya,el maestro más apreciado por Fortuny .Fue de este último, de quien realizó el mayor número de copias. La penetración y calidad de estas interpretaciones no tienen parangón con las de otros pintores de su tiempo.

A través de su relación con el marchante Adolphe Goupil, Fortuny logró un éxito internacional que tuvo su muestra más visible en La vicaría, cuadro de costumbres ambientado en la época de Goya.

Fortuny es el artista español del siglo XIX con mayor proyección internacional. Conseguía reproducir con una intensidad visual nueva las calidades materiales, el color y el brillo de objetos y figuras, y fue el mejor grabador de la centuria después de Goya.

Teresa Álvarez Olías

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