Opinión

La novela juvenil, una escuela del relato de amor y aventuras

Los niños y niñas que escuchan cuentos, que los leen, seguramente también lean cómics de adolescentes o relatos de aventuras que desemboquen en novelas clásicas y modernas, o en tratados de ciencia, filosofía, leyes y política.

Antoñita la fantástica, de Borita Casas, publicada en. 1948  en España, por ejemplo, fue un libro de éxito en la los años 50, así como la colección de Celia lo que dice, Cuchifritín y Celia, Celia en el colegio, Celia novelista, todas obras de la británica Elena Fortún, publicadas en 1929, con varias ediciones, que han llegado al siglo XXI, donde siguen editándose y vendiéndose.

Otra autora de éxito en Reino Unido y desde luego en España desde la década de los años 60 del siglo XX, fue Enid Blyton  con su colección de Los 5, donde destacan  Los cinco  y el tesoro de la isla, Los cinco se escapan, Los cinco en el cerro del contrabandista, Los cinco en la caravana, una serie de 21 novelas, publicada entre 1942 y 1963, protagonizada por los adolescentes hermanos Julian, Dick y Anne, su prima Jorgina (más conocida como Jorge) y el perro de ésta, Tim, que hacen de detectives en historias que combinan el misterio y la aventura.

El segundo tipo de las obras de Enid Blyton se desarrolla en internados femeninos y su trama hace más énfasis en el día a día en estos colegios, con la interacción social de varios tipos de personajes. Aquí se engloban las series Santa Clara y Torres de Malory, y diversos relatos muy cortos como Cuentos para irse a dormir.

Richmal Ashbee y Cristina Rodríguez Aguilar crearon Guillermo el Travieso, muy leído en los años 70, también en España.

Los libros de Teo, de Asunción Esteban, por otra parte, se iniciaron en 1977 y miles de niños y niñas españoles los han leído y visto, con sus páginas de cartón duro y profusión de dibujos, que difunde los valores de la familia, del respeto a las costumbres y a la naturaleza, de tolerancia y responsabilidad. Han sido consultados con pasión por varias  generaciones de criaturas.

Louise May Alcott fue escritora estadounidense del siglo XIX, autora del famoso libro Mujercitas, traducida a distintos idiomas, donde el sufragismo practicado por la autora se adivina en la actuación del segundo personaje de la novela, una mujer joven, novelista e independiente.

Samuel Langhorne Clemens, conocido por el seudónimo de Mark Twain, fue a su vez un popular escritor, orador y humorista estadounidense también. Su libro Un yanqui en la corte del Rey Arturo está protagonizado por un viajero en el tiempo de los Estados Unidos contemporáneos, que utiliza sus conocimientos científicos para introducir la tecnología moderna en la Inglaterra arturiana. Este tipo de argumento se convirtió posteriormente en una característica frecuente de la ucronía o historia alternativa, un subgénero de la ciencia ficción.

En las Aventuras de Tom Sawyer(, 1876), gran  obra inspirada en su niñez, en Hannibal, Tom Sawyer tomaba como modelo al Twain niño, con detalles de dos compañeros de escuela, John Briggs y Will Bowen. En el libro aparece como personaje secundario Huckleberry Finn, inspirado en un amigo de la niñez de Twain, Tom Blankenship.

Las aventuras de Huckleberry Finn, (1884), lo consolidó como uno de los escritores estadounidenses más relevantes. Algunos autores la consideran, junto al Moby-Dick de Herman Melville, el inicio de la llamada «Gran Novela Norteamericana» y se volvió una lectura requerida en muchas escuelas, a lo largo de Estados Unidos.

El príncipe y el mendigo (1881) es otra gran obra de Twain, y aunque el argumento se utiliza con frecuencia en el cine y la literatura de hoy en día, no fue bien recibido.​ Narra la historia de dos chicos físicamente idénticos nacidos el mismo día, y sirve de base a una reflexión social cuando el príncipe y el mendigo intercambian sus roles. El príncipe y el mendigo fue su primera obra de ficción histórica, y algunas de sus limitaciones se atribuyen a su carencia de experiencia con la sociedad inglesa, y también al hecho de ser escrita después de un gran éxito.

Otros muchos autores de novela juvenil hacen furor entre nuestros adolescentes, así tenemos a Laura  Gallego, especializada en novela fantástica con  Finis Mundi. La autora, tras varios años de participación, ganó en el año 1998 el Premio Barco de Vapor, celebrado anualmente por la Editorial SM.1​

En 2002, Laura Gallego fue galardonada de nuevo en este concurso, esta vez por su novela La leyenda del rey errante. También ha publicado El coleccionista de relojes extraordinarios, la trilogía Memorias de Idhún, donde los árboles cantan, Dos velas para el diablo, la saga Crónicas de la Torre y Las hijas de Tara, esta última dentro de la colección «Gran Angular». En 2004 comenzó a publicar su segunda trilogía, titulada Memorias de Idhún (Memorias de Idhún I: La Resistencia, Memorias de Idhún II: Tríada, Memorias de Idhún III: Panteón) con la que ha cosechado su mayor éxito a fecha de 2018, con más de 750 000 ejemplares vendidos.

Carlos Ruiz Zafón, con sus obras para jóvenes El palacio de la medianoche,  Las luces de septiembre y Marina, publicadas en los  años 90, inicia su carrera como el gran escritor de novelas en que se ha convertido, novelas que han sido traducidas a más de veinte idiomas. Este autor es especialista en aventuras misteriosas en épocas no actuales, y combina magníficos diálogos con bellísimas descripciones de la naturaleza.

David Lozano Gabarla, Gare Santos, Andreu Martín, Daniel Hernández, Jaume Ribera y Fernando Llelana son otros autores de éxito actualmente.

Las tramas escritas por  todos ellos son muy diversas, pero es común a todas ellas que son crónicas de viajes y aventuras, mezcladas con los primeros amores de los protagonistas, con amistades eternas de gran lealtad y resolución de enigmas que existen en el entono, sin olvidar circunstancias de acoso, de castigos sufridos e incluso de encantamientos de mansiones o espacios naturales.

Padres y profesores, también compañeros, influyen en los sentimientos y decisiones de los protagonistas. La sinceridad, la valentía, la responsabilidad, la limpieza de mente, la inocencia son valores que aparecen en la literatura juvenil con más insistencia y claridad que en la literatura para adultos.

El lector, la lectora joven es un público que crece año a año, y son muchas las editoriales que nacen y triunfan en este sector, con obras ilustradas en cada página, con lenguaje específico y cuidado, es decir, con una estudiada presentación. Los colegios fomentan la lectura juvenil en nuestros días y las bibliotecas ofrecen colecciones maravillosas, tanto de libros como de películas o revistas, sin duda para aprovechar el anhelo de la infancia y la primera adolescencia por descubrir sensaciones y paisajes, así como para afianzar el amor a los libros en su vida futura.

Ciertamente, un niño o una niña que lee un cuento ilustrado tras otro será en el futuro una persona que sabrá expresarse, razonar y sin duda, usar el sentido común y la crítica constructiva en las relaciones con otras personas.

Incluso los adultos disfrutamos con la lectura de historias y relatos para jóvenes, pues son una gran escuela para descubrir personajes, relaciones y lenguaje. Es lógico su gran éxito.

Teresa Álvarez Olías

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