Llegué lo más alto que podía y, cuando contemplaba un pequeño mundo a mi alrededor, palpé de golpe el acceso a lo invisible. Será que esas ruinas se impulsan aún lo suficiente hacia lo alto. Las ruinas están en lo alto, ejerciendo una mirada soberana sobre la vida que va creciendo bajo sus pies. Para mí es el paisaje no los ángeles lo que, sin apenas notarlo, introduce en ese otro reino -aunque, me digo, el paisaje y los ángeles tienen un aire de familia al crear un acceso a otro nivel de realidad-. Es necesario pasar por un ajetreo del corazón, por esa relación precisa de músculos agonistas y antagonistas al subir una larga escalera de piedra que te abre a un estado anímico depurado. Será que en el paisaje que configura tu posición desde una ruina están más libres las dinámicas de fuerzas: las de lo visible y lo invisible, las del impulso del alma hacia lo alto y la fuerza de gravedad de la naturaleza. Rilke y Simmel. Las Elegías de Duino y la Filosofía del paisaje. No he dejado de escuchar a las abejas de lo invisible en la overtura de Tannhäuser de Wagner y la fuerza que atrae hacia la tierra con el Thunderstruck de ACDC. La música siempre clarifica un estado del cuerpo y del alma que sigue su propia energía libre de significados. Y la conversación espontánea con quien ha salido con su perro de ojos verdes a pasear por el cerro del castillo. Alguien me habla de su vida en una casa a los pies de ese lugar. Me interesa poder comunicarme con quien es tan distinto. Después me hago algunas preguntas: ¿qué es lo que permite que te puedas comunicar con otra persona de la manera más real posible?, ¿por qué esas personas aparecen cuando menos te lo esperas?, ¿por qué la ley que rige otro posible encuentro no sigue la lógica de ningún cálculo?, ¿por qué la vida me lleva a la tesitura de pensar con todas las consecuencias que ese fue un momento pleno, válido en sí mismo, desconectado de la linealidad del tiempo? La vida te lleva algunas veces a la tesitura de lo invisible, de ese misterio con un sentido más alto y, como le pasa a Rilke con el amor, se trata de poner tanta energía en retener como en dejar ir.
Disfruta de las obras de Belén Blesa Aledo
0 comments on “Ruina y misterio”