Animales de mi vida
Alba Oliva Literatura Magazine Opinión Redactores Relatos Breves

Los animales de mi vida

Vuestra energía pura siempre estará, perdura. Vuestra alma siempre me iluminará, es ternura.

Siento gran melancolía, al mismo tiempo alegría, porque sé que todo continúa. Y prueba está en la impregnación que los seres queridos dejan en nosotros. No solo las personas, sino también aquellos seres especiales, con bella mirada, llena de pureza. A veces buscaron nuestro calor, en ocasiones nosotros el suyo. Su compañía fue una suerte, por el continuo aprendizaje que nos regalaron con sólo mirarlos, mirarnos.

Peces, tortugas, roedores, canes, gatos, caballos, ovejas, gallinas, polluelos que cayeron del nido, otros que salieron del cascarón ante mis ojos… Vivir en el campo me hizo vivir verdaderos milagros de la vida, y conectar con animales, todos ellos mágicos y maravillosos.

Los días se llenaban de la mejor de las compañías: de amigos que nunca fallan, esos que cuando vuelves del colegio te saludan como si te hubieras ido tres años a la Antártida. Da igual como fuera el día, su alegría me esbozaba una sonrisa siempre.

Desde siempre empezó mi bello periplo entre trigales que crecían ante mis ojos, asomada a la ventana; maizales, campos de girasol, huertos… La naturaleza inundando mi infancia: sus olores, los sabores de sus frutos, su belleza en todos los sentidos.

Hay regalos que cambian tu vida para siempre, porque lo más hermoso es ser parte de ese regalo, que tú seas una suerte también para ese ser. Aprendí lo que es complementarse con otro ser, recibir generosidad y lo hermoso que es darla.

Las lecciones más tempranas, esas que aprendes en la infancia, cuando apenas empiezas a filosofar, esas nunca se olvidan, y fraguan importantes valores en ti.

Importante el misterio, la fuerza, la elegancia, la mirada correcta… El mundo animal muestra toda esta amalgama de cualidades importantes para las personas. Debemos conectarnos para olvidarnos que somos naturaleza también.

Enfrentarte a un adiós que no tiene por qué ser definitivo. Sentir que la energía sigue. Verlo todo desde otra perspectiva. El amor lo mantiene todo vivo. Decir: ahí sigues, tu vibración permanece en mí y en todo. Tomar la decisión de medrar para no enfrentarte a la pérdida, sino a un simple cambio en la materia: el ciclo de la vida. Vida que sigue y sigue…

No me olvido de ninguno, raro el día en que no recurro a alguno de mis animales (los encarnados y los que no), para deleitarme imaginándolos junto a mí en un lugar precioso; o para hacer uso de su sabiduría, de todo lo que me inspiraron, hay momentos en que esta naturaleza suya la necesito. Y ahí está, siempre a mi alcance.

Casi no hace falta mirar atrás, es una manera de decirlo, los siento a mi lado, formando parte del camino, son, en cierto modo, parte de mí. Están en mis sueños (tanto en los despiertos como en los dormidos), están cuando quiero, cuando su energía vuela hacia mis emociones; están en todo el universo, como todos nosotros. Me enseñaron a conectar, esa palabra tan recurrente, tan importante.

Gracias, peces, aves, caballos, perros, tortugas, roedores, gallinas, gallos, pollitos, orugas-mariposas, abejas… Gracias por existir en mi vida, por vuestro amor cósmico, por vuestro espíritu presente.

Alba Oliva

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