La sonrisa más dulce y la despedida más amarga. Verónica Forqué y el adiós más doloroso.
Somos piezas con autonomía propia, pero interrelacionados inevitablemente. Es hora de que lo entendamos, es hora de que lo creamos, igual que creemos en la ley de la gravedad que no se ve, pero se sabe cierto que existe.