Entrevista de Paco Marín al escritor Carlos de Tomás en la sección cultural del periódico Cartagena Actualidad. La última novela del escritor extremeño está suscitando mucho interés en el panorama literario nacional. Novela que por su contenido y especial forma ofrece mucha materia para la controversia y la discusión literaria.
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En este “oficio” de comentar lo leído, previamente uno tiene que cumplimentar lecturas variadas. Muchas son las que uno despacha… muy buenas, buenas, regulares, malas y muy malas, y en toda esa pléyade, de vez en cuando, cae en tus manos algo distinto, una lectura diferente y eso se agradece. Vidas en el margen de Carlos de Tomás es esa lectura distinta; para mi, es una isla en el mar de lecturas. Quienes me conocen saben que soy un lector anárquico, leo varios libros simultáneamente, incapaz de leer algo de un tirón; sin embargo, Vidas en el margen ha caído en una sentada. Empecé a hojearlo y ojeando, cuando me vine a dar cuenta estaba en la página 78 de sus 178 y… seguí hasta el final. Es soberbio, distinto, fresco…, el autor nos enfrenta a una galería de personajes muy, muy curiosos que se presentan ante nosotros sin dobleces y opinando sin cortapisas de lo divino y de lo humano, muy claramente.
Dos son los ejes sobre los que giran los pobladores de este mini universo… el cura Francisco y Frank el gordo (posiblemente dos caras de la misma moneda). El cura Francisco es un cura de pueblo recién jubilado que penetra en un barrio marginal de una ciudad provinciana donde encuentra personajes misteriosos, extraños, ridículos, esperpénticos, surrealistas, necios, listos, delincuentes, hampones, putas, macarras y… hasta chinos cabreados.
Como he apuntado más arriba es una novela distinta y no apta para mentes cerradas y obtusas ya que no somos nadie para juzgar las opiniones de aquellos que pululan en esta curiosa sociedad. Si no fuese así podríamos dejar de leer… y sería una auténtica pena. El cura Francisco es muy peculiar, con formulaciones muy llamativas… Este clérigo jubilado va contando, en primera persona, vivencias de su vida y las de Frank el gordo; al mismo tiempo vierte opiniones y pensamientos, opiniones que harían enrojecer al más bragado, veamos: «Cuando salí del seminario ya había dejado de creer en Dios…» (Página 79). Se mueve entre putas como pez en el agua. Frank el gorda lo ha “contratado” para dejar reflejada su vida negro sobre blanco.
Uno de los personajes femeninos, todas ellas grandiosas, La Coja, en un momento determinado, lanza un monólogo al cura en el que retrata a más de un elemento de este nuestro país: «Usted no está en este mundo… ¿Qué sabe usted del paro, de la corrupción, de los desahucios, de las necesidades de todos nosotros?.. Usted vive una vida ideal, no carece de nada, pero en este lugar se malvive. ¿Usted de qué va, qué quiere?.. si… se bien lo que quiere… ganar dinero, forrarse a costa nuestra…» (Página 157).
Lo dicho Vidas en el margen hay que leerla con mente y ojos muy abiertos, no formando juicios precipitados. Una buena narración que nos regala Amarante salida de la pluma de Carlos de Tomás.
Carlos de Tomás (Navalmoral de la Mata, Cáceres, 1960). Poeta y novelista. De su bibliografía poética destaca: Antología Novísimos Extremeños, Repetición de la Palabra (Anticuario), En la soledad del escriba (Antología 1986-2006), Viaje Astral y Dementia Inmaculada. Sus relatos están compendiados en las antologías personales La ciudad gris y otros relatos y el libro Hotel. Ha publicado las novelas: Paisajes de Ceniza, El cuaderno veintiuno, Café Bramante, La confesión del Libio, La vida de Frank, Las Chimeneas de Moscú y Vidas en el margen. Destacar la biografía Lázaro López (1856 – 1903) en esta misma editorial; entre otras obras y artículos publicados en diferentes medios.
Charlamos con Carlos de Tomás para conocer mejor los entresijos de la novela…
P.– D. Carlos, ¿de cabeza bien, no? Se lo pregunto porque lo que ha escrito es, como decirlo… distinto a lo que yo, por lo menos, he leído últimamente.
R.– Lo de estar bien o mal de la cabeza es algo relativo, si hay que estar mal para escribir lo que a uno le apetece y le sale de muy adentro entonces bendita locura. Últimamente lo que abunda es almibarado y plano, me refiero a la expresión verdadera del arte en general, acaso con este libro toque determinadas teclas que producen sonidos desacostumbrados, pero no por ello olvidados.
P.– ¿Cuando, cómo y por qué decide escribir y dar forma a Vidas al margen?
R.– Vidas en el margen (que no al margen, pues los personajes no están fuera de nuestro cosmos, pero sí en otro lugar al que la mayoría de la gente no acude y por ello oculto a la visión general, y esto como verdadera marginación). La novela nace de un relato largo que escribí hará unos diez años y que apareció en el libro Hotel, se titula La vida de Frank, al publicarse me di cuenta que ese relato se había quedado corto, tuve un sentimiento bastante agrio y años más tarde decidí incorporar el personaje y transformarlo a lo que ahora es el eje central de la novela: el gordo Frank. He tardado bastante en escribir esta obra, era como una isla en un sin fin de proyectos y trabajos literarios que se iban solapando hasta que por fin satisfizo todo lo que deseaba narrar.
P.– De cada personaje se podría escribir un libro… ¿En quien se ha fijado, donde ha escarbado para confeccionar, por ejemplo, a Frank…?
R.– Frank es un arquetipo, es el anti-héroe, pero también el perdedor absoluto. La idea del personaje estaba en ese relato del que hablé con anterioridad.
P.– ¿Son todos personajes de ficción o tiene modelos reales?
R.– Todos los personajes son pura ficción, no obstante algunas situaciones son reflejo de realidades conocidas que se incorporan a personajes y situaciones. A lo largo de toda la novela mi preocupación estribaba en dejar bastante claro la dicotomía existencial: acción-sentimiento. No todas las acciones son fruto de nuestro absoluto deseo, como no todos los deseos son seguidos de una acción para conseguir los sueños. La vida es complicada porque el hombre es cada día más complejo. Y en la marginalidad, en todas sus facetas, es donde más se aprecia esta complejidad al estar exenta de hipocresía
P.– D. Francisco, el párroco, es un personaje diez, me ha enamorado. Sus comentarios y su vida son… Perdone la reiteración ¿Tiene modelo real para el cura… o todo es pura casualidad?
R.– El cura protagonista es en principio la cara opuesta de Frank, incluso se llaman igual pero de otra manera lo que hace que sean dos caras de la misma moneda, y por eso según avanza la novela he intentado que los dos hombres se aproximen en su componente estético y moral, al final la marginalidad puede estar en cualquier sitio, no solamente en un barrio gueto. Luego, en la componenda narrativa había muchos temas que deseaba entroncar, estaba el celibato, la penuria de los párrocos en su jubilación, etc. Aunque, reconozco que sí tomé algunos rasgos de un párroco de pueblo ya fallecido al que me unía amistad; y como dice Cernuda en un poema maravilloso de “La desolación de la quimera”: Dostoievski no puede ya decirnos/si inventó a Falalei o lo encontró en la vida/…
P.– La página 79 tiene un comienzo demoledor: Cuando salí del seminario ya había dejado de creer en Dios… ¿Qué opinión le merece esta afirmación?
R.– Es a lo que antes me referí: la acción por delante del sentimiento. Recordemos que antaño en todas las familias (cuando eran numerosas) era un deseo generalizado que uno de los hijos ingresara en el seminario. Acción por delante del sentimiento, y los personajes arrancan en esa época. Hoy ocurre lo mismo con los sacerdotes que vienen del mal llamado Tercer Mundo.
P.– Las protagonistas femeninas, en su descripción, son… no encuentro palabras, de una fuerza tremenda… apunte alguna cosilla para completar el retrato de ellas.
R.– Hay muchas mujeres en la novela, todas importantes y sujetas a una vida teledirigida por sus circunstancias personales y por el entorno que acaba aplastando a alguna de ellas. Hay dos personajes clave La Reme (mujer de Frank) y La Coja, ambas prostitutas pero con unas diferencias muy marcadas, cada una con sus ilusiones y sus esperanzas puestas en lugares distintos. En el fondo he querido desdramatizar, intento conseguir que esas mujeres fluyan con absoluta naturalidad y poner en valor su humanidad y todo lo positivo que pueda rodearlas a pesar de su sórdido mundo.

P.– ¿En qué género literario clasificamos Vidas en el margen?
R.– Ciertamente no es un esperpento a la manera Valleinclaniana, como algún lector apuntó recientemente, tiene trazas pero se ancla en una visión más cercana y plausible de la realidad. Claro que una realidad oculta a la mayoría. Tiene parcelas surrealistas como las que ya introduzco en algunas de mis novelas. Pero si tuviera que definirlo a bote pronto, diría que Vidas en el margen es un relato largo oscuro y surrealista, pero tal vez esté equivocado, pues lo de las definiciones no se me da muy bien.
P.– Venda la novela: ¿por qué hay que leerla? ¿Con qué le gustaría que se quedase el lector después de su lectura?
R.– Con todos los problemas que la revolución tecnológica acarrea, y como va el mundo de deprisa y sin encontrar la estabilidad que el hombre desea, creo que esta novela aporta el que podamos mirar por unas horas a través del ojo de una cerradura y contemplar un mundo que nos hará, tal vez, replantearnos muchas cosas o destapar cuestiones que muchos lectores apenas se han planteado. En este sentido he instado a la provocación como elemento estético. Y por supuesto, sin más pretensiones, lo que deseo por encima de todos los planteamientos es que el lector se entretenga, exclusivamente.
P.– ¿Cuales son sus géneros y autores favoritos?
R.– Los que me conocen saben mi pasión por la literatura rusa, principalmente el siglo XIX. No puedo olvidar a la generación beat, que en mí ha influido mucho más que los del boom de la Narrativa Hispanoamericana. Por citar autores lo haré de españoles para que luego no se diga: Vila Matas, Javier Marías, y algún otro.
P.– ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.– Leo mucha poesía y ensayo; en cuanto a ficción estoy terminado de releer Os Maias de Eça de Queirós (me gusta leer en portugués) y El amante de mi madre de Urs Widmer.
P.– Como lector prefiere: ¿libro electrónico o en papel?
R.– Prefiero el libro impreso pero también uso el electrónico.
P.– ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.– No sabría decir, quizá muchas o ninguna, no se si son manías utilizar unos horarios concretos, un entorno concreto, unos objetos concretos o una sistemática concreta; tal vez sea parte del decorado que cada escritor necesita para alcanzar el clímax. Nada especial.
P.– Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha desvelado hasta ahora.
R.– Precisamente en esta novela, la calle donde se desarrolla la mayoría de la acción, ese gueto vinciano, existe en realidad, es una calle en el extrarradio marginal de Salamanca, la cual tuve que visitar en bastantes ocasiones para impregnarme de sensaciones buscadas; y en una de ellas con cierto peligro pero todo acabó bien.
P.– Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.– A corto plazo estoy trabajando en una antología poética extensa y recomponiendo una de mis primeras novelas que será traducida en breve. A medio o largo plazo estoy con una nueva novela, esta vez una obra extensa, una historia donde la envoltura principal es el amor.
TÍTULO: Vidas en el margen AUTOR: Carlos de Tomás EDITA: Amarante (2015) Encuadernación: Rústica. Tamaño: 13,5 x 20 cm. Número de páginas: 178. PVP: 18,00 €. ISBN: 978-84-944627-2-6
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