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Marion Donovan, la inventiva al servicio de la salud y un mejor uso de nuestro tiempo

Marion O’Brien Donovan, cuando la necesidad aprieta, el ingenio se agudiza.

Marion O’Brien Donovan, cuando la necesidad aprieta el ingenio se agudiza.

Marion O’Brien Donovan (1917/1998)

Demasiado convencido estuvo Voltaire (1694/1778) al sentenciar, de una manera un tanto misógina, que tenía conocimiento de mujeres escritoras y científicas, pero no de inventoras. Quizás solo fuera desconocimiento por su parte, porque haberlas, las hubo. Se suele repetir en todas las épocas que mujeres notables, por su labor en alguna rama del arte o de la ciencia, quedan anuladas por el anonimato más aplastante. Se conoce el invento, el logro o la obra artística, pero bajo el nombre de un autor o un seudónimo masculino de camuflaje.

Sin embargo, anteriores al siglo XVIII sí que existieron mujeres con suficiente inventiva como para destacar y quedar sus nombres grabados en la historia, como es el caso de María la Judía o Hipatía.

De entre las muchas mujeres a las que se podía haber dedicado este espacio, hoy será a la inventora del pañal a quien se ha elegido.

Marion O´Brien cambió el apellido de su familia por el del marido al casarse, por tanto fue más conocida como Marion Donovan. Nació la chica en Indiana, en el seno de una familia de inventores. Su padre y su tío compartían afición y trabajo en una fábrica de su propiedad donde la niña pasó muchas horas de su infancia, pues con siete años quedó huérfana de madre y no le quedó otra alternativa.

Quizás lo traía en los genes como herencia paterna, pues la creatividad le despertó o se le encendió cual bombilla y también ella contribuyó con algunos inventos a hacer de la vida diaria algo más cómoda para todos.

En su vida de casada vino su primera hija a plantearle un inconveniente y un trabajo extra al que no estaba dispuesta a sucumbir, el cambio de ropa cada vez que la niña se hacia sus necesidades encima.

Debía ser tan cansino y perdería tanto tiempo lavando la ropa del bebé, que se dedicó a estudiar la manera de pasar de los lienzos de algodón a pañales que no dejaran salir ni las heces ni el pipí. Su proyecto comenzó dando frutos y después de probarlos con su hija, Marion lo patentó alcanzando un éxito que no esperaba. Su invento se materializó en los dos millones de dólares a que se elevaba las ofertas que le llovían.

En un principio utilizó material impermeable de la misma tela de los paracaídas, pero no estaba conforme con ello y siguió mejorándolo.

Los originarios Boaters” (primeros pañales que empezó a comercializar en la tienda Saks de la Quinta Avenida) quedarían como un primer intento eficaz, en proceso de mejora. Su obsesión era conseguir el mejor material para mantener la piel a salvo de escoceduras y controlar a la vez que no tuviera fugas. Una de sus mejorase se basó en utilizar más capas de celulosa, pero ante la falta de credibilidad y de apoyo de las fábricas de papel, esta iniciativa tardó en llevarse a cabo algo más de diez años. Durante ese tiempo no desesperó ni pensó en tirar la toalla hasta que le llegó su momento.

Por fin un día Víctor Mills, ingeniero químico de Procter & Gamble, se mostró interesado por el invento de Marion y llegaron a un acuerdo. La compañía le compró el invento y lo bautizó con el nombre de Pampers”, lo que dio nacimiento a los pañales tal como se conocen hoy en día.

No sería este su único invento, sin embargo. Fue ella también quien patentó el hilo dental, la goma elástica para la ropa o la jabonera.

Inventos menores, al compararlos con la bombilla o el telégrafo por ejemplo y que nos da la impresión de que han existido siempre, pero que de no haber sido fraguados en una mente de aguda creatividad, hoy por ejemplo aun andaríamos utilizando pañales de tela para nuestros hijos con sus conocidos inconvenientes.

Hoy día, sin embargo, algo más de medio siglo después de su invención, nuestra visión ecológica nos hace mirar al mundo bajo otro enfoque. El cuidado del medio ambiente y de los recursos naturales hace que una considerable parte de la población desestime el uso de los pañales clásicos.

El nuevo modelo de pañales ecológicos implica el uso de tela absorbente con la misma forma que el pañal de celulosa, pero sin el gasto masivo de esa materia. De todas formas, aunque esto parezca una vuelta atrás a tiempo de nuestras abuelas o nuestras madres, hoy contamos con la lavadora que evita el esfuerzo de lavar a mano y nos ahorra muchísimo tiempo para dedicar a actividades más satisfactorias y productivas.

Isamar Cabeza

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