La lucha entre el bien y el mal, eterna dualidad… El yin y el yang, el concepto taoísta que nos presenta toda vida existente como sombra y luz, como los dos lados de una misma moneda. Íntimo diálogo a solas, que cada cual perpetúa durante toda la vida oscilando de un lado a otro en un mar de dudas, condicionados por estímulos externos que muchas veces son determinantes en nuestras decisiones. Y es que, la voluntad fluctúa cuando los motivos son poderosos y atractivos, cuando la avaricia asoma y cuando la sed de poder es saciada.
Vanesa Redondo nos acerca a un mundo cruel y cruento, despiadado y sobornable… nada que escape a la realidad más cercana y real.
Sus letras nos envuelven casi sin darnos cuenta como un abrazo poderoso y nos van calando poco a poco, hasta imbuirnos irremediablemente en el ambiente que ella quiere que sintamos. Sus ricas descripciones nos permiten visualizar cada tramo del camino, cada recodo por el que su mente ya ha deambulado antes, consiguiéndonos hacer ver hasta el más mínimo detalle. Visualizar, llegar a sentir el aroma que describe, la débil luz de un candil que irradia en un lóbrego pasillo pestilente, sentir… como si nosotros fuéramos el portador mismo de ese candil por un momento, olvidando nuestra condición de lectores.
Vanesa Redondo nos lleva a situaciones extremas, nos hace vivir cada línea de El legado de los malditos, nos hace reflexionar sobre la vida y la muerte, sobre las decisiones y sus consecuencias, sobre los giros de la vida, sobre segundas oportunidades…
Cuando el cuerpo es desahuciado, el alma se encuentra perdida, busca un escape para seguir viviendo, quiere seguir existiendo, es el toque de perfume que perdura aunque el frasco ya esté vacío… pese a todo, es el aroma que perdurará en el envase. Pero, ¿qué ocurre cuando es el alma la desahuciada? ¿Qué ocurre cuando ya no queda nada a lo que aferrarse, cuando el cuerpo sufre condena y el alma ya ha recorrido todos los callejones que conducen a la inmundicia más atroz y muere de culpabilidad?
El legado de los malditos nos hace un recorrido por la mente humana, por un variopinto número de comportamientos humanos, según la clase social, la integridad y la visión que cada personaje sostiene de la vida misma. Una aventura, un viaje cargado de deliciosas metáforas, de comparaciones muy acertadas que combinan con un estilo literario ágil y cargado de dinamismo.
A todo lo dicho se añade el buen gusto en combinar el castellano con el gallego, sin hacer incómodo ni difícil la comprensión de la lectura, un toque sutil que se agradece, que viene a enriquecer una obra ya de por sí abundante en datos históricos, que sin ser explícitos nos sumergen en tiempos pasados que nos lo desvelan abiertamente.
Vanesa Redondo nos consigue atrapar con sus letras, con su deliciosa manera de narrar, con su trama repleta de intriga, misterio, confabulaciones y enigmas que hacen de su última novela, El legado de los malditos, una valiosa incorporación a su producción y trayectoria literaria.
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