Una de las fantasías del ser humano es la de viajar en el tiempo y es que nada es más tentador que poder curiosear en ese pasado que se nos hace totalmente inaccesible. Conocer en persona a algún antepasado del que tanto hemos oído hablar o formar parte de un hecho crucial en nuestra vida se convierten en deseos irrealizables.
Hasta el momento la única máquina capaz de hacer ese viaje es nuestra memoria o nuestra capacidad creativa, aunque a veces la vida nos sorprende y nos ofrece regalos maravillosos que nos hacen de puente entre nuestro presente y esos días en sepia que componen el pasado.
El silencio de una artista. La pianista Sara Guzmán de Francisco Javier Laso es una oportunidad única e irrepetible para viajar a tiempos pretéritos de la mano de su autor, con la inocencia de un niño que descubre los regalos de reyes y la sabiduría que su trayectoria literaria otorga a su obra.
¿Qué ocurriría si de repente alguien nos abriera una ventana por donde mirar a ese pasado? ¿Qué ocurriría si de repente un día descubriéramos que nuestros padres eran algo más que esos seres que nos protegen, nos quieren y nos ayudan a ser adultos independientes?
El azar juega su papel importante entrando en acción en la vida de nuestro protagonista y se desvela ante él dejando caer un tupido velo que le hará ir de sorpresa en sorpresa.
El silencio de una artista. La pianista Sara Guzmán es la historia de una época, la esquela póstuma de una generación de mujeres que no pudieron compaginar vida laboral con familia. Una historia de abnegación y sacrificio, de silencio y muerte pausada, pero a la vez totalmente predecible.
La mujer ha sido siempre el eslabón débil en una sociedad en la que no se le ha permitido demostrar su verdadero valor y así ha sido y sigue siendo sin muchas pintas de evolucionar. Se nace con plena identidad, pero se va perdiendo a medida que los años nos caen encima y las normas nos marcan el camino. De niña a mocita (como se decía en décadas anteriores), de mocita a mujer, de mujer a madre de, a esposa de, a abuela de… y de ahí a quedar reconocidas tan solo por la relación que mantienen con su familia y sus allegados.
Cuando Javier, el protagonista de esta obra, descubre que solo es conocedor de un mínimo tanto por ciento de su historia familiar empieza a indagar y a tirar del hilo con decisión. Misterios, secretos, recuerdos teñidos de sepia y rojo, de dolor, emociones de niño que le hace brincar con vitalidad su corazón ya septuagenario.
En esta maravillosa historia cae la etiqueta tras la que se opaca a la mujer en pro de la figura de la madre, la hija, la esposa, la nuera… Javier será testigo de un descubrimiento apreciando con alegría la esencia de aquella que le dio el ser.
El silencio de una artista. La pianista Sara Guzmán es una obra repleta de emociones, sentimientos y verdades ocultas. Una caja de música que guarda mucho en su interior, un tesoro precioso, una fortuna inesperada…
Una cajita de música que se desborda en notas musicales nada más abrirla, melodías que saben a nostalgia y a tristeza, pero también a felicidad y a orgullo.
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Preciosa reseña y preciosa obra. Me ilusiona que cada vez se produzcan más obras que resalten y abracen el tema de la mujer y el de la identidad.
Me alegro que te haya gustado, Laura. Es una obra entrañable, verdaderamente merece la pena leerla y descubrir los secretos que solo el tiempo parece tener derecho a desvelar.