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Lo de las Tradiciones

Quien tiene un tesoro tiene un amigo, o muchos.

Como le venía diciendo, señora, quien tiene un tesoro tiene un amigo, o muchos. Al revés también, claro, pero eso es otra cosa o lo es de otra manera, y mire que no se lo digo para sorprenderla que bien sé que usted es de aldea y sobre tesoros no hay nada que no sepa ya. Y es que al llegar estas fechas de Año Nuevo uno es de los que echa la vista atrás y acaba tropezando, aunque también aprendiendo, que hay quien dice que de las caídas se aprende, pero no está uno seguro del todo por doliente; pero se intenta, y a pesar de todo se echa la vista atrás y es cuando uno comprende que lo único que sabe seguro es la lista de todas las cosas que ignora, y que todo lo demás, el espacio que hay entre ellas, es el mundo, o así se le llama. Uno conoce perfectamente cuántas cosas ignora, que son casi todas si exceptuamos las que no sirven para nada, y cuando llega el Año Nuevo de cada año ni siquiera se sabe cuánto tiempo hay que estar escribiéndolo en mayúsculas para que no resulte excéntrico, como pasa con lo de estar escribiendo 2020 hasta abril. O mayo.

Porque esta es, señora, esa cosa de las tradiciones sin sentido de cada año de la que quería hablarle, la Tradición de mantener las Tradiciones. Lo único que sabemos seguro es que cada cual tiene las Tradiciones que puede, que son todas las que se puede pagar hasta donde recuerdan sus abuelos, o las que desean o se merecen, porque lo de las Tradiciones es una cosa muy personal, tan personal que cada cual dice que es Tradición todo lo que le parece bien a uno que lo sea, incluso lo que le parece mal si es todavía peor para otro, y tanto se tiene albedrío sobre la Tradición que hay quien cree necesario y con urgencia moral el contarnos con voz de ¡hombre al agua! cuáles son las tradiciones que se deben tener y cuáles no, lo cual no me negará que es cosa de mucho coraje y ferocidad, también de cara hormigonada, es cierto, y ayuna de vergüenza, pero esas personas existen, sí, existen y cansan mucho. A fin de cuentas Tradición es, para muchos, que uno siga donde está y usted, el otro, en su sitio, donde las migas.

Al fin y al cabo lo de la Tradición es una cosa que ocurre con el paso del tiempo, que es lo mismo que decir con el paso del viento y de quienes de ser de viento y de ser aire se alimentan. Uno tampoco sabe si la vida nos empuja como un aullido, ni qué pasaría entonces porque uno solo es dueño de su torpeza, la torpeza es su patrimonio y su verdadera Tradición. A la gente no le gusta ser torpe, a la gente le resulta desaliñado y ruidoso eso de que los demás sean torpes, no le gusta, pero sí le gusta cuando el torpe es uno, entonces les resulta gracioso y dicen que debemos reírnos de sus tropiezos o de su lapsus, pero no cuando es de los demás, de los otros. Lo cierto es que ser torpe no está tan mal, el punto de vista del torpe tiene su originalidad, es el punto de vista del que va mirando mientras va cayendo, o cuando va callando, es la mirada del que tiene el lapsus, del que dice lo que se piensa sin querer, o del que tira la silla o firma donde no debe (o deja de hacerlo), o del que toca donde no debía (todavía), o sí pero tarde o también, pero toca lo que no debía tocar. A veces el torpe es el bufón de las cortes y no lo sabe, y cuando cambian los años y cambia la Tradición de cada año el torpe llega tarde, o llega demasiado pronto, que anticiparse al futuro está bien pero es aburrido porque en el futuro todavía no hay nadie.

Estas son las cosas que pasan cuando cambiamos de año, que debemos aprendernos las nuevas tradiciones de toda la vida que toca cumplir. Es como lo de ese otro que nos dice que todo cambia,sí, todo menos el tipo que a cada momento nos dice que todo debe cambiar para que todo siga igual, todo cambia menos ese tipo, que ya le vale. No sé qué pensará usted, señora, pero uno cree que hay un purgatorio reservado para quienes nos cuentan sus propósitos de año nuevo, y todo un infierno acondicionado y esperando a todos aquellos que, para colmo de males morales, nos dicen cuáles deben ser los propósitos que debemos cumplir los demás.

Estará de acuerdo, señora, que lo de la Tradición es un tema complejo y cada uno es como es, pero puestos a escoger uno prefiere esas tradiciones que pasan una vez en la vida, una sola, y duran toda la eternidad, como lo de ver cómo se coloca un mechón de pelo detrás de la oreja, esas cosas que pasan una sola vez y recordarlo para siempre se hace Tradición. O no.

Iván Robledo Ray

Cartas a esta señora

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