Un viaje en el tiempo, una aventura sin igual de la mano de uno de los máximos exponentes en pintura del siglo XVIII, Francisco José de Goya y Lucientes. Isamar Cabeza
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La experiencia del Grand Tour: El viaje de Goya a Italia, de Raquel Gallego García

Un viaje en el tiempo, una aventura sin igual de la mano de uno de los máximos exponentes en pintura del siglo XVIII, Francisco José de Goya y Lucientes.

El ser humano, curioso por naturaleza, siempre ha demostrado tener interés por alcanzar lo más inaccesible. Volar, poder viajar a la luna, teletransportarse, viajar al pasado o al futuro… o devolverles la vida a seres ya fallecidos, utópico objetivo del romanticismo británico del cual Mary Shelly fue un brillante referente con su novela gótica Frankenstein o el moderno Prometeo.

Intentar ir un poco más allá, siempre, aunque a priori parezca imposible, esa es la tendencia. Se ha fantaseado con la posibilidad de la creación de una máquina del tiempo, la literatura la mostró, de la mano del británico Herbert George Wells y el cine se encargó de mitificarla. Poder visitar cualquier época, pasada o futura, resulta de lo más tentador, pero entre ambas opciones una de ellas resulta posible, siempre y cuando tengamos datos que nos acerquen de manera fidedigna a la realidad.

La experiencia del Grand Tour: El viaje de Goya a Italia, de Raquel Gallego García, fue la ganadora de la Convocatoria de Ayudas a la Investigación correspondiente al año 2020 que realizó la Biblioteca de Correos y la Unidad de Documentación y Archivo Histórico-Estudios Históricos, gracias a lo cual podemos acercarnos más a la figura de Goya y a su entorno.

La meticulosidad con la que el pintor aragonés se tomó su viaje, tomando nota de los lugares a donde paraba a pernoctar, el transporte que utilizaba para trasladarse, los nombres de las personas con las que contactaba, ya fuera de manera esporádica o fuesen amistades, y hasta los permisos que necesitaba para viajar de una provincia a otra (la mala salud en aquella época era motivo más que suficiente para no permitir que el viajero emprendiese rumbo a su destino) ha hecho posible la realización de esta obra.

Aníbal vencedor (1771) mención especial en el concurso convocado por la Academia de Parma en base a un soneto de Carlo Innocenzo Frugoni.

De todo esto y mucho más, fruto de una investigación exhaustiva y minuciosa, Raquel Gallego García da forma a La experiencia del Grand Tour: El viaje de Goya a Italia, una obra realmente interesante que no dejará indiferente ni al amante de la pintura, ni al apasionado de la historia, pues permite bucear en la memoria de los tiempos y curiosear en sus profundidades. Recorrer bajo su punto de vista ciudades como Milán, Turín, Pavía o Roma ha sido posible gracias a su Cuaderno italiano, un cuaderno en el que Goya tomó apuntes de carácter íntimo y realizó dibujos que supone un valioso testimonio gráfico de su viaje de estudios a la península italiana y que se conserva actualmente en el Museo del Prado.

En un informe dirigido a la Academia de San Fernando (14/10/1792) sobre el estudio del arte, Francisco de Goya afirma:

Que las Academias no tendrían que ser exclusivas o servir para cualquier otro fin que el de ayudar a aquellos que desean estudiar en ellas libremente. Se tendría que eliminar cualquier traza de servil sumisión de párvulos, reglas fijas, premios mensuales, ayuda financiera y cualquier otra pequeñez que degrada y afemina un arte tan liberal y noble como la pintura. Tampoco se tendría que fijar tiempo para el estudio de geometría y perspectiva con el fin de superar dificultades en el dibujo. Este llama a su debido tiempo a aquellos que demuestran disposición y talento. Cuanto más se adiestran en él, más fácilmente adquieren conocimiento de las otras artes (…) Daré una prueba para demostrar con realidades que no hay reglas en la pintura y que la tiranía que obliga a todos, como si fuéramos esclavos, a estudiar del mismo modo y a seguir el mismo método, es un grave impedimento para los jóvenes que practican este difícil arte, más cerca de lo divino que ningún otro, ya que te deja conocer la creación de Dios.

La experiencia del Grand Tour: El viaje de Goya a Italia, supone una extraordinaria fuente de datos por parte del pintor, pero también un excelente trabajo de su autora, Raquel Gallego García, que ha bebido de esa fuente para dar formar a una obra abundante en curiosidades.

Isamar Cabeza

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