No voy a ser muy original con esto pero para que sirva, al menos a mí, si me topo con esto cuando dentro de un tiempo, estando ya todo normalizado, se me olvida.
La principal solución de este problema no es tener dinero, situación social, fama, poder, una decisión política -que todo influye, por supuesto- pero la clave estará en cada uno, en la solidaridad. Y eso implica sacrificarse y ahí ya nos cuesta un poco más.
Es molesto, se nos quitan privilegios, pero hay que hacerlo.
No solo porque nos podamos contagiar.
No solo porque se pueda contagiar nuestra familia.
No solo porque se pueda contagiar la población más vulnerable.
No solo porque nosotros podamos ser portadores.
No solo porque nuestra familia pueda ser portadora.
No solo porque colapse el sistema sanitario.
No solo para que otras patologías puedan ser atendidas.
No es solo por eso, es POR TODO ESO.
Por primera vez todos tenemos el mismo problema, aunque luego a cada uno le vaya a afectar más o menos. Y por primera vez todos tenemos que seguir los mismos consejos para que esto frene: Quedarse en casa.
Y quedarse en casa cuando te apetece, mola. Pero cuando te obligan, aunque sea por tú bien y el de todos, agobia. Puede dar ansiedad verse en tu pequeño piso pero hay que intentar ser positivos, apoyarnos y confiar en que si todos remamos vamos a llegar a buen puerto. Y remar cansa y salen callos pero se llega. Y queremos llegar.
Así que aunque sea algo impuesto pensemos en qué cosas podemos hacer voluntariamente para estar mejor: retomar esa serie abandonada, empezar esa lista de libros pendientes de tu mesilla, dormir esa siestaza que te mereces, borrar memes y basura del móvil y seleccionar aquellas fotos que quieres imprimir, estudiar, hacer limpieza de ropa, de casa y de alma. Porque aunque suene muy poético o cursi, el hecho de tener que quedarse en casa -aunque estemos acompañados- nos va a ofrecer muchos momentos con nosotros mismos. Y eso también asusta un poco, pero como digo en el artículo “Aprender a estar a solas, sin que ello signifique que lo estemos” a veces los fantasmas aparecen cuando estamos a solas porque es la única oportunidad que tienen para decirnos algo, así que podemos aprovechar para tener esa conversación pendiente con nosotros mismos y gracias a ello, también conectar de una manera más verdadera con aquellas personas con las que compartimos nuestro día a día. Valorarlas. Hablar estando en la conversación, en el momento presente. Abrazar lento, despacio y firme. También puede ser que descubras que no le soportas pero eso rompe un poco la armonía del texto así que me quedararé con la otra opción, aunque esta al fin y al cabo, también sería otro aprendizaje.
Sentirte agradecido al ver cómo tus amigos, familia, pareja, compañeras de trabajo te tienden su mano para ayudar, para saber cómo estás. Es momento de sentirte querido.
Puedes aprovechar para hacer esa llamada sin prisa que siempre pospones o cambias por un par de audios rápidos. Coger el móvil y decirle “¿te acuerdas de ese: tenemos un café pendiente? Pues lo tenemos” y haceros un Skype.
Tienes muchas posibilidades para ocupar tu tiempo y mucho tiempo lleno de posibilidades, aunque a priori parezca que no. Aunque a veces el plan que más te apetezca tengas que posponerlo.
Es momento de sentirse querido y de querer, y la mejor manera de decir te quiero ahora mismo es quedarse en casa en la medida de lo posible, no solo porque nos podamos contagiar.
No solo porque se pueda contagiar nuestra familia.
No solo porque se pueda contagiar la población más vulnerable.
No solo porque nosotros podamos ser portadores.
No solo porque nuestra familia pueda ser portadora.
No solo porque colapse el sistema sanitario.
No solo porque otras patologías puedan ser atendidas.
No es solo por eso, es POR TODO ESO.
“El amor mueve el mundo” y “Cuanto antes dejamos de hacer vida normal antes volveremos a la normalidad” *
* Autor de la frase: Alejandro Postigo
Disfruta de las obras de Sara Carballal
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