La pobreza erradicable
No prevenimos la pobreza, pero sí la encarcelamos, la abandonamos a su suerte, la despreciamos, la apartamos de los objetivos institucionales como si fuera irremediable.
No prevenimos la pobreza, pero sí la encarcelamos, la abandonamos a su suerte, la despreciamos, la apartamos de los objetivos institucionales como si fuera irremediable.
Algo que sería subsanado, en parte, con la práctica del ajedrez, como demuestra desde hace tanto tiempo.
Leontxo García
Caminábamos hacia una sociedad intrascendente y ridícula antes del aislamiento.
Os doy la bienvenida al primer episodio de Cuarentena.
Por lo que, aunque haya penas más grandes, podemos quejarnos por esto; pero al quejarnos por esto, debemos pensar que hay penas más grandes que esta.
De golpe, en unos días, 2020 nos ha cambiado la vida a los humanos que habitamos en este globo suspendido en alguna esquina del universo.
Estamos viviendo unas semanas convulsas, donde la información y la desinformación aportada con cuentagotas y con sus tintes sensacionalistas están favoreciendo el caldo de cultivo para instaurar el pánico y el desconcierto en la población mundial.